Gracias, Doctora

Se ha ido parte de la generación más experimentada, pero también quienes apenas habían comenzado a escribir los primeros capítulos de su vida. Ahí estás tú, Sara, la Doctora Bravo López. Tan solo llevabas unos meses trabajando en primera línea. No te importó hacerle frente a la pandemia y lo hiciste con entrega total, sin protección frente a la enfermedad. En los primeros compases del Estado de Alarma te tocó jugártela, pero no lo dudaste porque la medicina siempre ha sido tu vocación. Te daba igual hacer una guardia liviana que una guerrera. Allí estabas, con tu sonrisa como armadura. No fue suficiente. Doctora Bravo López, te has convertido con 28 años en el ejemplo de quienes se han despedido sin el calor de los suyos, en tu caso, con un puñado de llamadas y mensajes de voz antes del fatal desenlace. Tu buena madre se merece recoger en tu nombre y en el de todos tus colegas el símbolo de la concordia. No va a reparar la pérdida, sin embargo gracias a él, vuestras familias recibirán el abrazo que la pandemia también os ha robado.

¡Bravo!, Doctora. Te seguimos aplaudiendo, a ti y a todos los que habéis construido el fuerte para protegernos. Os debemos concordia, responsabilidad y unión. Da igual que sea un homenaje de Estado o un sencillo acto en una plaza. Os debemos la vida y a veces se nos olvida que incluso habéis dado la vuestra para proteger la nuestra. Gracias, Doctora.