¿Gobierno en la sombra? Tururú

El martes, las Cortes regionales serán escenario del primer examen al Presupuesto de Castilla y León para 2021. Punto final con estas cuentas a la 'regencia' presupuestaria de Pilar del Olmo, ya que esta comunidad tiene aún los presupuestos que elaboró para Juan Vicente Herrera hace dos años, y comienzo del primer presupuesto de la Presidencia de Mañueco. Son unas cuentas confeccionadas por quien le hacía los presupuestos a Juan José Lucas hace más de dos décadas, Carlos Fernández Carriedo, lo que no hace sino llover sobre mojado en la aseveración de que la carrera de algunos dirigentes, como el actual presidente regional y su consejero de Economía y Hacienda llevan camino de ser vitalicias. Pues bien, ante las primeras cuentas de Mañueco, ¿qué ha hecho el PSOE regional, que ganó las elecciones autonómicas y perdió la Junta? Actuar como partido derrotado, sin ninguna gana de mostrarse como alternativa y con políticos atornillados a un escaño, un tercio de los cuales perciben suculentísimos sueldos.

Empezando por el propio Luis Tudanca, portavoz parlamentario y secretario general socialista, que no líder, que cobra de las arcas públicas regionales 94.811,28 euros al año (73.211,28 de sueldo y 21.600 de sobresueldo). Siguiendo por la zamorana Ana Sánchez que se embolsa semejante cantidad, como el vallisoletano JF Martín; por cierto, quien más sabe de números en este PSOE y al que tienen apartado de todo tipo de capacidad de decisión política. Continuando por la soriana Virginia Barcones, con 90.491,28 euros anuales (73.211,28 de sueldo y 17.280 de sobresueldo), igual que la vallisoletana Patricia Gómez Urban, la leonesa Nuria Rubio, el segoviano José Luis Vázquez y el leonés Diego Moreno. Y concluyendo por la palentina Consolación Pablos (59.648,28 euros, eso sí, sin sobresueldo) y el soriano Ángel Hernández.

Hay que hacer un poco de historia para saber por qué este PSOE regional es el más apático y menos activo desde 1983, pese a haber ganado unas autonómicas 36 años después de la única victoria que tuvieron. Cuando en 1992 no había en las Cortes esas retribuciones tan exageradamente altas para los políticos, el socialista Zenón Jiménez Ridruejo le planteó al primer Gobierno de Lucas un presupuesto alternativo: partida a partida, los socialistas de entonces, que lideraba Jesús Quijano, aunque carecían de los avances tecnológicos de ahora, se trabajaron el presupuesto que hubieran aplicado de haber gobernado. Fue un curro de tomo y lomo. Se lo tumbó quien dirigía las cuentas regionales, el popular Fernando Bécker, porque una columna no sumaba bien (no había tablas excel). Pero se ganó aquel PSOE mucho respeto por su forma de hacer. Once años después, Ángel Villalba, que comenzó liderando el PSOE regional de la mano de Zapatero y acabo solo dirigiéndolo, le echó ganas y trabajo y también presentó una alternativa presupuestaria. De un vistazo se veía en qué priorizaban los socialistas la política frente al PP de Herrera. Se lo trabajó también sin los sueldos siderales que se cobran ahora en la oposición parlamentaria.

Ni presupuesto alternativo ni alternativa presupuestaria tiene Tudanca ante las primeras cuentas de Mañueco. Solo una enmienda de totalidad, que políticamente es un simple bla-bla-bla. El PSOE que dirige Tudanca, pero no lidera, actúa como partido derrotado, sin ganas de ser alternativa. Menos aún de tener un Gobierno en la sombra para el control a la Junta. Tudanca le ha regalado a Mañueco muchos motivos políticos para ser feliz en 2020 y este ha de mimarlo aún más: mientras esté Tudanca, la oposición socialista seguirá aletargada.

Va acorde todo ello al peso de Luis Tudanca en su partido cuando se cruzan los límites regionales. El jueves estuvo en Valladolid el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, a la sazón, secretario federal de Organización del PSOE. Comió con el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, portavoz de la ejecutiva federal. A la mesa se sentó también el delegado del Gobierno, Javier Izquierdo, miembro de la ejecutiva federal, al que acompañó el subdelegado en Valladolid, Emilio Álvarez. Que en un almuerzo en la región de 4 dirigentes del PSOE. de los que 3 están en la ejecutiva federal, no esté el secretario general de la comunidad es harto llamativo, lo dice todo del ínfimo peso político de este y muestra que de líder, cero.