Lograr una gestión más eficiente del agua en sus diversos usos, como regadío, industria, abastecimiento a la población y producción energética, ya no es un ideal, sino un compromiso necesario. En el caso de España, dada la presencia periódica de capítulos de sequía que afectan ... a muchas regiones, perceptibles cada verano, urge asumir una nueva cultura en la utilización de los recursos hídricos para lograr más con menos, a partir de un modelo de consumo responsable y un mayor control que evite cualquier tipo de dispendio, basado en la coordinación entre los distintos usuarios. Con este planteamiento nace la Junta Central de Usuarios del Sistema Pisuerga-Bajo Duero, que ya ha entregado sus estatutos a la Confederación Hidrográfica del Duero para su revisión, y que será una realidad operativa en los primeros meses de 2020.
La unión entre los usuarios supone un instrumento muy útil para afrontar el horizonte del cambio climático, un fenómeno que previsiblemente va a conllevar una disminución de las precipitaciones y su mayor concentración en determinados momentos, hecho que debe preocuparnos a todos. Solos no vamos a ninguna parte. Desunidos no sacamos nada. Hay que superar esa mentalidad individualista tan frecuente en esta tierra. La Central de Usuarios que ahora ve la luz parte de un proyecto común, con una visión global de este sistema que se extiende por cuatro provincias: Palencia, Burgos, Valladolid y Zamora. Tenemos, además, la experiencia acumulada de la dificultad de gestionar el agua en épocas de escasez.
Aún queda reciente en la memoria la grave sequía que sufrió Castilla y León en 2017. Los embalses de la cuenca del Duero, con aportaciones inusualmente bajas e incluso desconocidas; la campaña de regadío en los sistemas Órbigo, Carrión y Pisuerga-Bajo Duero terminó antes de tiempo con notables pérdidas en las cosechas; Valladolid no pudo regar sus parques; en la localidad leonesa de Astorga llegó a peligrar el suministro humano, mientras algunas fábricas que toman agua de los ríos tuvieron que ralentizar su producción para preservar el caudal ecológico. En medio de un panorama tan adverso, surgió la conciencia de mejorar la gestión del agua mediante la coordinación entre los usuarios.
Desde la Comunidad de Regantes Canal del Pisuerga, en Palencia, junto a otras comunidades, hemos promovido la creación de la entidad, formada por representantes de regantes, ayuntamientos y usos tanto industriales como hidroeléctricos. Ha sido necesario vencer suspicacias y recelos, pero el futuro pasa por esta fórmula asociativa muy común en otras regiones de España, donde curiosamente existe un déficit casi estructural de recursos hídricos. En la región ya existe otra entidad similar en la zona leonesa del Órbigo, el Sindicato Central de Barrios de Luna, en una de las comarcas con mayor potencial de regadío de toda la demarcación. La recién constituida es más extensa, al abarcar 46.000 hectáreas irrigadas por canales desde el embalse de Aguilar hasta aguas abajo de la capital zamorana, y otras 8.000 hectáreas con concesión para toma directa de los cauces.
Además, hay que añadir varias fábricas, minicentrales de generación eléctrica y municipios como Valladolid, Zamora, Arroyo de la Encomienda, Cabezón de Pisuerga, Toro, Fermoselle, Herrera de Pisuerga, Melgar de Fernamental o Alar del Rey, que captan el agua para su potabilización y abastecimiento a la ciudadanía. Para conseguir una gestión más eficiente del agua disponible, existen diversas vías, como ajustar más los desembalses conforme a la demanda real del momento, con la lógica supervisión de los técnicos de la Confederación Hidrográfica del Duero. Otro aspecto que proponemos al organismo de cuenca pasa por sumar las aportaciones que llegan desde los pequeños afluentes, no solo el volumen de salida de los embalses de cabecera. Nos referimos a una considerable cantidad de agua real, que existe y no siempre se computa, que utilizamos y que este año hemos estimado en cerca de 55 hectómetros cúbicos por todo el sistema.
A mi juicio, resulta imprescindible lograr un aprovechamiento óptimo de los recursos hídricos que profundice más en el sistema actual, mediante un mayor control, y este es un de los objetivos esenciales de la Central. Gracias a la interconexión constante entre los distintos usuarios, existirá una comunicación fluida para conocer las demandas reales de cada momento, de manera que sea posible afinar más en el reparto. Precisamente, la instalación de contadores a todos los usuarios, grandes y pequeños, regantes particulares e integrantes de comunidades, representa ya un deber inexcusable para conocer con certeza los consumos reales, al hilo de la política de transparencia, y lograr una distribución más justa del agua, que se almacena en los tres embalses del sistema: Aguilar, Cervera y Requejada.
Me gustaría destacar el esfuerzo por modernizar regadíos y diversificar cultivos que venimos realizando los agricultores en nuestras explotaciones, cada vez más tecnificadas, para hacer posible un ahorro de agua necesario ante la incidencia del cambio climático. Una apuesta firme por la sostenibilidad que no siempre conoce lo suficiente la ciudadanía, en parte por esa lamentable separación medio rural-medio urbano. A partir de una mentalidad abierta y una formación agronómica, los profesionales ponemos en práctica una agricultura de vanguardia en términos de tecnología, innovación y, sobre todo, respeto al medio ambiente desde un uso racional del agua, en un país en el que el sector primario consume el 80% del total.
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