Genios o estúpidos

Todo el mundo tiene secretos, y no digamos los estados. Hay ocasiones en que es preferible aplicar la discreción que aventar las charlas que se comparten sobre asuntos sensibles. Se debe preservar la confidencialidad de una negociación cuando se pretende un acuerdo del que se obtenga un beneficio. Y es aquí en donde radica el quid de la cuestión. ¿Qué hacía el ministro Ábalos de cháchara con la cortesana de Maduro en un avión en Barajas? ¿Negociaron una salida al conflicto que asola Venezuela? ¿Tiene el Gobierno la varita mágica para proporcionar a nuestros primos de allá la solución a la miseria que les acucia? El caso es que Ábalos dio tantas versiones sobre lo sucedido que podemos concluir que ha mentido en todas ellas. Y la guinda del pastel la puso Pedro Sánchez: aseguró que su correligionario evitó un conflicto diplomático. Es decir, no hay quien se crea el envoltorio completo.

El proclamado 'presidente encargado' de Venezuela visitó España. A pesar de que Sánchez fue el primero en reconocerlo como el líder oficial de aquel país, eludió recibirle, poniéndoselo a huevo a la oposición española, que suplió con creces el desaire presidencial, dejándolo en evidencia ante la Unión Europea. El expresidente Zapatero lleva años tratando con Nicolás Maduro una salida al conflicto. Zapatero respaldó que no se recibiese a Guaidó. ¿Acaso tiene las claves para desatascar el asunto? Tampoco contiene demasiada coherencia el hecho de que nuestra embajada en Caracas dé asilo a Leopoldo López, el otro líder político de aquel país. ¿No es todo un despropósito o el tiempo dirá si todos estos tejemanejes han servido para que Venezuela se convierta en una democracia impecable? Genios o estúpidos. Usted dirá

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