Generosidad 6-D
«Repasar los hechos y los debates es muy ilustrativo para comprender la generosidad de la que surge la Constitución»
Javier Izquierdo
Domingo, 6 de diciembre 2020, 09:57
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Javier Izquierdo
Domingo, 6 de diciembre 2020, 09:57
La Historia y el presente nos muestran cómo el ser humano es capaz de construir grandes proyectos colectivos, anhelos que unen a millones de congéneres que jamás se conocerán pero que se sentirán concernidos por ellos.
En ocasiones, esos proyectos colectivos eran asumidos por una colectividad tras imponerse por la dominación o la fuerza. También encontramos ejemplos que surgen de la implicación de la sociedad y también de un elemento singular: la generosidad.
En ese segundo bloque, el de los proyectos colectivos aupados por la implicación social y la generosidad, encontramos la Constitución de 1978. La sociedad española, dividida tras una guerra fratricida y una dictadura atroz que todavía tienen secuelas sociológicas en nuestros días, decidió mirar al futuro con ilusión y esperanza.
Las Cortes constituyentes surgieron de las primeras elecciones libres tras 40 años, previa legalización de nuevos partidos y de otros que fueron proscritos y perseguidos en la dictadura. En aquellas Cortes había socialistas, comunistas, formaciones de centro derecha, nacionalistas vascos y catalanes (de izquierdas y de derechas)... incluso aragonesistas. Con algunas salvedades, como el diferente reparto de escaños o la presencia minoritaria de mujeres, un parlamento que les puede resultar familiar.
El texto aprobado por el Congreso de los Diputados el 31 de octubre de 1978 fue respaldado por 326 diputados, hubo 13 abstenciones y seis votos en contra. Un día como hoy, hace 42 años, la norma fue refrendada por más del 91% de los que participaron en la consulta.
Repasar los hechos y los debates es muy ilustrativo para comprender la generosidad de la que surge la Constitución. El respaldo dado por personas de ideologías tan distintas evidencia la capacidad y la voluntad de la norma de acoger al conjunto de la sociedad española. Gracias a ello, la Constitución ha posibilitado las cuatro décadas de avances más importantes de nuestra historia, superando atrasos atávicos y los propiciados por una dictadura que nos alejó de la evolución Europa y de las democracias occidentales.
Aprovechando esta fecha, el 6-D, me permito compartir con ustedes lo que considero las seis dimensiones de la generosidad constitucional que deberían irrigar nuestra conducta cívica.
1D.- Generosidad con la pluralidad. Las ideas nos pueden parecer mejores o peores, incluso execrables; para la defensa de las primeras, la crítica de las segundas o la condena de las últimas están la palabra y el debate, nunca el insulto ni el odio, menos aún la violencia.
2D.- Generosidad con la identidad. Existen muchas maneras de sentirse español, incluso de no sentirse español, admitámoslo. Esos sentimientos no pueden ser elemento de confrontación. Tampoco pueden serlo las identidades culturales ni las distintas lenguas españolas. La capacidad de acoger todas las identidades es una de las mayores fortalezas de nuestra Constitución y la mejor garantía para la unidad.
3D.- Generosidad con la igualdad. Cada persona tiene su esfera personal inalienable y esta no puede convertirse en origen de desigualdades en derechos y oportunidades. Los avances han sido importantes pero nos queda aún mucha generosidad para alcanzar la igualdad real entre mujeres y hombres así como superar discriminaciones por la orientación sexual, la raza, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.
4D.- Generosidad con la comunidad. La construcción de un proyecto colectivo, un proyecto de comunidad, por el que podamos sentirnos protegidos, especialmente en los momentos de mayor dificultad como los que vivimos, es consustancial a la generosidad constitucional. Reconozco que este es uno de los mayores puntos de fricción en estos momentos en el que el valor de lo público no es el mismo para todos.
5D.- Generosidad con la democracia. La democracia es el juego de las mayorías pero también del acuerdo. El acuerdo siempre es más fácil desde el reconocimiento del resultado electoral: para las mayorías implica siempre la búsqueda de mayores apoyos, para las minorías, ha de suponer el reconocimiento inexcusable de que es a otros a quienes la ciudadanía ha encomendado el gobierno pero también que, desde esa posición, se debe contribuir a acuerdos en temas fundamentales.
6D.- Generosidad con la convivencia. La convivencia en paz es el valor supremo en democracia y, por tanto, la manifestación máxima de la generosidad constitucional. Nunca en nuestra historia ha sido tan evidente como en estos últimos 42 años y hemos de tenerlo presente en todo momento si queremos preservarla para las generaciones futuras.
Por último, no olvidemos lo que enseñamos a nuestros hijos e hijas y que repiten posteriormente: hay que compartir. La generosidad fortalece y une, el egoísmo y la apropiación solo generan división y rechazo a lo que es de todos.
Feliz día de la Constitución.
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