Como gato
La Canaleja ·
La tentación de irse a Madrid vive ahí y seguro que le ronda a otro político regional, Luis Tudanca, que se ha hecho un poco visible con una moción de censura más inútil que la 'm' que cierra BenidormLa Canaleja ·
La tentación de irse a Madrid vive ahí y seguro que le ronda a otro político regional, Luis Tudanca, que se ha hecho un poco visible con una moción de censura más inútil que la 'm' que cierra BenidormCuenta la tradición oral de la política regional que quien fuera presidente de la Junta, Juan José Lucas, lloraba por las esquinas de Madrid cuando dio el salto al foro para ser ministro, a principios de siglo. Su congoja venía por el desamparo de ... los medios de comunicación, porque convocaba una rueda de prensa y allí no acudía ni el cuarto becario. Acostumbrado en el terruño a verse rodeado de micrófonos, la situación le producía una honda melancolía.
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Poco después, como presidente de la Cámara Alta, el asunto no mejoró y siguió sin que los medios le hicieran caso, hasta el punto que asistió a un funeral en Segovia y cuando la prensa le abordó –aquí, en casa, por fin– soltó un«no vengo como presidente del Senado, sino como persona». Una declaración de principios para evitar confusiones y que alguien pensara que venía como gato, de Madrid, claro.
Les cuento esto porque la historia está llena de ejemplos de gente a la que más le hubiera valido continuar en su pueblo como cabeza de ratón, que ser cola de león en ese Madrid que todo lo absorbe, en el que pocos suben al cielo y son los más los adscritos al grupo en el que no se entera ni dios de su existencia. La tentación vive ahí y seguro que le ronda a otro político regional, Luis Tudanca, que se ha hecho un poco visible con una moción de censura más inútil que la 'm' que cierra Benidorm.
«Siga usted aquí», le dijeron con sorna sus rivales en las Cortes, «sumiso y dócil, hasta que le quiten». «Me voy a quedar, no se preocupe», respondió. Hágalo, hombre, que no quiero verlo como a Lucas, que a dónde va ir que más valga, que decía mi madre para que no saliera. Que los gatos de Madrid se comen con gusto las cabezas de los ratones.
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