Garrotazos

Rafa, dada su paciencia, asintió, esbozó una sonrisa –la que nos extrae a sus seguidores a diario– y supongo que pensó que ya encontraría la oportunidad para plasmar la sugerencia. La ocasión podía ser cualquiera, pero seguro que Rafa convendrá conmigo que este es el momento álgido de la disputa entre los comunicadores, verdaderos artistas en modelar a los políticos que caen en sus manos de asesores y, como consecuencia, a la opinión pública.

La guerra entre ambos por esculpir la realidad política ha llegado a la madre de todas las batallas con el intercambio de garrotazos mediáticos, de mociones de censura y de convocatoria electoral. Redondo urde desbancar gobiernos autonómicos, ahora más golosos que nunca por los dineros europeos que han de llegar, y Rodríguez responde ágil con el órdago de los comicios. Y entre golpe y golpe, recuerdo cuando Miguel Ángel –compañero de juventud en este casa, paisano y no se lo oculto, amigo familiar de toda la vida– me contaba el reto de poner en el 'candelabro' a Arrimadas. Entonces pensé que la tarea era un imposible, como cuando hizo presidente a Aznar. Y ya saben lo que ocurrió.