Civiles se preparan para salir de Kabul. EFE

El futuro de Afganistán

Editorial ·

La ofensiva talibán para controlar el país se abre paso con la retirada de EE UU y desborda a las fuerzas gubernamentales

El Norte

Valladolid

Jueves, 12 de agosto 2021, 07:55

Afganistán fue una monarquía hasta 1973; el derrocamiento de Zahir Shah, en el trono desde 1933, dio paso a una caótica república que a su vez cedió a la invasión soviética de 1979, cuando 120.000 soldados ocupantes se hicieron cargo del país. Pero Moscú ... nunca tomó realmente posesión de Afganistán y fue derrotado por los resistentes en los momentos cruciales. Aquella invasión agónica dificultaba el fin de la Guerra Fría y Gorbachov, desde su acceso al poder en 1985, trató de desprenderse del problema y las últimas tropas soviéticas abandonaron Afganistán en 1989,dejando el país en manos de las tribus y las etnias, señores de la guerra, que nunca habían perdido todo el control, y que a partir de 1990 rivalizaron con los talibanes, radicalizados por Arabia Saudita, que se hicieron con el poder.

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Los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, cometidos por terroristas comandados por Osama Bin Laden, protegido por los talibanes, provocaron la 'Operación Libertad Duradera', un ataque masivo del Ejército USA, que alegó legítima defensa. En 2003, se implicó la OTAN. El objetivo de los aliados era detener a Bin Laden y a otros dirigentes de Al Qaeda y derrocar el gobierno del Emirato Islámico.

La guerra contra los talibanes fue en paralelo a un intento de reconstrucción política, en forma de democracia parlamentaria, extendiendo las libertades civiles y formando al Ejército. Pero aquella ficción, basada en un Gobierno débil y en unas milicias escasamente motivadas, nunca arrancó del todo, ni siquiera cuando Estados Unidos, apremiados por su propia opinión pública, creyeron llegada la hora de abandonar el país. Trump tomó la decisión y Biden no se ha retractado: la defensa del régimen han de hacerla los afganos; EE UU ya ha gastado un billón de dólares y ha sacrificado miles de vidas.

Y tras fracasar las negociaciones con los talibanes en Qatar, la retirada está a punto de consumarse. Pero en apenas una semana, los talibanes ya controlan el 65% del país, han desbordado a las fuerzas gubernamentales y amenazan con tomar el poder en pocos días. Unos cuantos colaboradores con las fuerzas internacionales han podido salir del país pero se prepara una carnicería. Y Afganistán entrará en un oscuro túnel, después del sacrificio estéril de la población civil. Ojalá que aquella sociedad, ahora abandonada a su suerte, no sea nuevamente el nido de nuevas oleadas de violencia en el futuro.

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