El fuego, el carbón, el desencanto

Y cómo duele un incendio a estas alturas, qué incomprensible es la mente de un pirómano y cuánto escuece el bosque humeante. Ayer fueron los pinos de León, antes de ayer los bosques de La Culebra... un incendio es terrorismo exponencial, y la deforestación no está sólo en el Matto Grosso, también aquí.

Se ven las chimeneas de Segovia, y si el día está claro, desde los palomares mismos de Los Torozos. Al Norte vimos arder, al Sur vemos arder. Este intruso ha trabajado en Medio Ambiente, ha montado en helicóptero, ha contado hectáreas de monte bajo y sabe del dolor del fuego.

Mañana vendrán las lluvias de otoño y arrastrarán cenizas, teas, ardillas y lagartos muertos. Los arroyos bajarán teñidos hacia el Duero y hacia el Tajo. El bosque olía demasiado a resina, se secaron las fuentes. Silencio y brasas.

Navarra

Navarra no suma. Navarra se le ha entregado al peor PNV, un PNV con marcas blancas, un PNV que nos mira con desdén y que se hace pasar por socialdemócrata. Yo sé que me excedo hablando de Navarra, pero parte de mi Historia está allí: el descubrimiento de la España húmeda, de los limacos, de los colegios mayores y un recorrido friki de Villaba a San Juan Pie de Puerto con Ibán en busca de Miguelón. Navarra no nos suma y nos escuece como un cadenazo en la entrepierna. A María Chivite le bailaron un aurresku y Ábalos, mozo de espadas del sanchismo, reía en una inopia de pacharanes. Otegi sonreía donde estuviera. Urkullu fue a ver cómo quedaba la mudanza en su virreino y comprobó que las sensibilidades navarras son las que quiere ahora Chivite. Necesitamos más Dios, más patria y menos Chivites...

Panero

Los Panero... qué saga de genios despreciados por un país lamentable. Franquismo, complejo de Edipo repartido entre tres. El conejito blanco –el patriarca–, la madre amantísima –Felicidad Blanch–. Y los hijos. Yo maduré cuando entendí la última clave de 'El desencanto', esa película a la que Chávarri puso la firma y Michi, Michi Panero, un guión en carne viva.

Ahora, cinco años después de la muerte de Leopoldo María, sus cenizas van a volar desde Las Palmas a Astorga. Volar, rodar y quedarse en el viento. Después de Leopoldo María Panero, todos somos un intento de malditos. Yo quise ser maldito y me quité del Twitter: y sé que es lo más snob que se puede hacer en este momento. En cualquier caso, la noticia es que las cenizas incendiarias del poeta volverán a Astorga, y de su cuidado velarán pocos. Sólo se me ocurre la presencia custodia de Diego Medrano, hermano asturiano de este periódico que de chigre en chigre, de prosa en verso, va rescatando un trozo de Historia de la Literatura española que el academicismo quiere censurar por extremo. Por vital, por Panero...

Twitter

Ahora que estudio Economía he dejado tranquilas las Redes Sociales. Tengo las memorias listas, y cualquier memo discutiéndome una foto o una metáfora me es prescindible. Se me acaban las vacaciones y el cuerpo cada vez entiende menos. El día antes de meterme la cicuta en lo que a Twitter se refiere, tuve un sueño revelador: bebés y perros poblaban la Tierra y me hacían un corte de mangas. Me sobresalté con sudor frío, me agarré a los barrotes de la cama de mi hermana... y la pesadilla no pasó.

Me he dado de baja en Twitter porque temo a los trolls que me escriben y hasta a los que no me escriben.

Sánchez vaciado

A Sánchez le han dicho –ya se sabe quién– que está bien que lo vean reunirse con la España vaciada, ese concepto que inventó un grupo multimedia y la política para pasarse por Teruel y ganar algún aplauso. Que Soria o Teruel existan para Pedro Sánchez es una publicidad que no rentará tanto como esperan en Moncloa. Después de la manifestación de la España Vaciada en Madrid, nada ha cambiado, y no se tolera que Sánchez responda a sus inopias con una sonrisa. Al PSOE, el agro español le interesa ni mucho ni poco. Dirá que se ha reunido con Soria y con Teruel, y habrá quien le compre la mula.

Igea y Puente

La trifulca entre Igea y Puente por la red de redes tendría gracia si yo tuviera Twitter. Pero lo eliminé. El barro de las redes nos permite un Gran Hermano de reproches donde el público pide que haya fino estilete, dagas inopinadas. La esgrima dialéctica nos salva de este verano en el que hemos salido –otra vez más– achicharrados. Se trata del apartamento que ha solicitado Luis Fuentes en las Cortes. Y es pensar en un apartamento y pensar en 'El Apartamento' de Wilder con Jack Lemmon y Shirley Maclaine. Yo también quiero un apartamento sin amueblar.