![Las monedas y el ano](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2024/02/28/1475882734-khKD-U2101682899538mDI-1200x840@El%20Norte.jpg)
![Las monedas y el ano](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2024/02/28/1475882734-khKD-U2101682899538mDI-1200x840@El%20Norte.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Sobre la desaparición progresiva de billetes y monedas, por lo visto inapelable, se presume que no solo introducirá cambios en nuestra economía, sino que lo hará también en el erotismo de las personas. En el erotismo anal, para ser más exactos.
El psicoanálisis estableció pronto ... una relación privilegiada entre el dinero y el ano. El juego de conservar y dar, de ahorrar y gastar, forma parte de los recreos eróticos habituales. La alternancia entre retener y expulsar, tan necesaria para salud del individuo como lo es la inversión y el ahorro para el movimiento del capital, tiene un momento extático cuando pasa por el recto y cruza la frontera que separa el afuera del adentro. Arrobamiento peristáltico y circunstancial que, en cierto modo, nos traiciona y entrega generosamente lo que es nuestro a la codicia de la naturaleza y de los demás.
Si se cumple el pronóstico de que los dineros pierdan su materialidad y se incorporen de pleno a la realidad virtual, asistiremos al divorcio de dos mundos, el numismático y el crematístico, que hasta ahora se habían hermanado con arrumacos y facilidad. Puede parecer una tontería, pero no tengo el convencimiento de que una economía exclusivamente digital haya de conducirnos a un mundo más perfecto. Quizá nos devuelva, más bien, a una sociedad de trueque y estraperlo. Como tampoco lo estoy de que los nuevos hábitos de pago, que no se harán en efectivo, nos impongan un sentido nuevo de la propiedad. Aunque a favor de esta hipótesis se alza el poderoso argumento de que el sentimiento de lo que es mío, o de lo que deja de serlo, se dilucida originalmente en la experiencia que el niño mantiene con sus propias heces, pues cuando se alivia siente con inquietud, y a veces con horror, que el cuerpo abandona su cuerpo.
En cualquier caso, no es desechable la idea de que las consecuencias de lo que haya de ser un mundo sin dinero físico estarán profundamente inscritas en la moral. Recordemos que el niño tiene su primera experiencia de orden, obediencia y castigo en el sometimiento del pequeño esfínter a su voluntad. En ese dominio escatológico se ejerce el primer mandato moral. El superyó, a la postre, crece entre lo limpio y lo sucio. Y en consonancia con lo hasta ahora dicho, no cabe sorprenderse tampoco de que el delito económico figure entre los más repelentes y directamente atentatorios contra la moral. La corrupción, de hecho, no deja de mantener vínculos cercanos con letrinas y escusados.
Asimismo, y por último, tampoco conviene echar en saco roto el noviazgo mantenido durante siglos entre el ano con las esferas del orden, los tiempos y la agresividad. Espacios que exigen, al igual que la economía, altas dosis de disciplina, agenda y competitividad.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.