![El cuerdismo](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2023/09/07/1468973094-knxF-U2101031906058DF-1200x840@El%20Norte.jpg)
![El cuerdismo](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2023/09/07/1468973094-knxF-U2101031906058DF-1200x840@El%20Norte.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Los activistas del orgullo loco llaman cuerdismo a la discriminación que sufren los locos por quienes se consideran normales. Su gesto de protesta es comparable al dirigido hoy en día contra el racismo, el machismo o el edadismo.
Creerse cuerdo es un gesto de vanidad ... y narcisismo que desborda el sentido común e indica más bien falta de cordura. En el fondo, nadie está completamente en su sano juicio. Además, ni la cultura ni mucho menos las disciplinas psíquicas están en condiciones de definir los perímetros imprescindibles para distinguir una mente prudente y razonable de otra irracional. Los muy locos a veces lo están menos que los poco locos, lo cual dificulta mucho la tarea de poner límites a la normalidad, como el cuerdismo pretende. Ni tampoco resulta atractiva la intención de hacerlo, pues lo más probable es que el interesado caiga en algún anacronismo que desfigure su opinión. Cada época, cada cultura, cada momento, y casi diría que cada día, tienen su patrón de normalidad. No hay modelo universal. Hoy mi padre me parece demasiado raro, mañana en cambio quizá me parezca mucho más natural. Pero no sé bien si es él quien varía o soy yo quien cambia de lentes y ve las cosas a través de otros cristales, más claros o más rayados.
La mejor aproximación que conozco a la definición de loco es la que se desprende de una máxima precisa y contundente que dice así: «Todos nacemos locos y algunos lo siguen siendo toda la vida». Es lo suficientemente ambigua como para que su sentido quede en el aire, como suspendido, pero sin perder su efecto seductor. Obliga a pensarla siempre de nuevo y, además, cada vez que te paras a examinarla encuentras un camino interpretativo distinto. Fue mérito de Samuel Beckett, que es de quien proviene tan sabroso dictamen.
En realidad, nunca llegaremos a saber en qué consiste la condición de estar en sus cabales y, sin embargo, se vuelve necesario aparentar que lo sabemos si queremos lograr cierta credibilidad dentro del cuerdismo general. Cada uno tenemos nuestra vara de medir, y con ella enjuiciamos y discriminamos a unos y otros. Es raro, en cambio, reconocerse a sí mismo como loco y, pese a su sinceridad aparente, el que lo acaba haciendo no resulta muy fiable. En el fondo suele ser alguien que quiere destacar y aprovecha la ocasión de reconocerse raro para destacar en la pirámide social. El loco, lo queramos o no, siempre es el otro. Así lo dictamina la absurda necesidad de jerarquizar. Parece inevitable desplazar esa atribución fuera de uno mismo, pero eso no obliga a discriminar a quien nos parezca estrafalario o inusual. Cada cual tiene sus gustos y sus razones, legítimos mientras respete a los demás.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.