Feijóo pasa de Mañueco

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El pacto PP-Vox tiene una primera consecuencia, tan evidente como negativa para el PP regional y su presidente: Feijóo pasa de Mañueco. Y si no lo hace (que dicen en su partido que no lo hace; qué van a decir...), lo parece. Mes y medio muy largo después de jurar el cargo, seis semanas después de constituido el Gobierno regional, el sábado próximo hará dos meses de la investidura transcurridos ya 66 días de la proclamación de Feijóo como presidente nacional del PP, Mañueco sigue sin recibir un guiño de la nueva dirección nacional popular. Tras el sapo de no haber colocado ningún 'mañuequista' en el comité ejecutivo nacional (Jesús Julio Carnero e Isabel Blanco se pierden entre los integrantes de un órgano de más de 300 cargos populares, la junta directiva nacional) y ver cómo Juan Vicente Herrera situaba a dos de sus más fieles (Antonio Silván y Pilar del Olmo) en el comité nacional del PP, pasó de él en el programa promocional de Bertín Osborne en abril y sigue sin recibir una deferencia por haber ganado (por la mínima, pero ganó al fin y al cabo) las autonómicas que adelantó en febrero. Y, dispuesto a lo que haga falta para recibir mimos del líder gallego, desde el PP regional ya han puesto en circulación que si hay que volver a adelantarlas en mayo del año que viene para devolver el calendario a lo que es habitual desde 1983, pues se hace. Y de paso, se saca a Vox de la Junta. Y como en el mercado político hay 'gente pa' tó', que diría el castizo, en la sede regional popular hala, a ver si cuela...

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Y lo único que cuela es lo que se ve: Primero, que no tienen ojos más que para Andalucía y lo que pueda pasar allí de hoy en dos domingos; segundo, que una victoria de Juanma Moreno que le permitiera gobernar sin meter a Vox en el Ejecutivo andaluz dejaría al PP de Castilla y León, y a su presidente Mañueco, 'apestado', y tercero, que mientras tanto Vox en Castilla y León cabalga al trote con la vista puesta en las elecciones municipales y su entrada en alcaldías y presidencias de diputaciones. Hay una crisis mayúscula en una gran empresa regional como Siro, pero el consejero de Industria, Comercio y Empleo, Mariano Veganzones, se presenta ante lo más granado del empresariado diciendo que lo que quiere es luchar contra el virus del comunismo (sic) y el fanatismo climático (sic). ¿Y ha pasado algo? ¿Los socialistas, por hablar del partido más numeroso de la oposición regional pero el que Gobierna en España, tienen alternativa a eso? Pero si su secretario regional, que no líder, Luis Tudanca, ha empezado esta semana a tomar medida de los escaños del Parlamento Europeo, donde espera que le ponga su partido en 2024 para quitarse de encima la cruz de seguir en las Cortes, aunque aquí cobre casi 100.000 euros al año...

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Y el PP de Castilla y León, ante las cosas que dice Vox, ¿qué hace, además de callar o pedir disculpas cuando el vicepresidente de Vox, Juan García-Gallardo, dice que va a tratar a una parlamentaria en silla de ruedas como a una persona normal (sic)? Llegará mayo de 2023 y cuando quieran darse cuenta, los populares verán cómo Vox les ha pegado un mordisco electoral de aúpa. Se agarran a las encuestas para decir aquí que se nota en Andalucía un frenazo del PP de Feijóo al partido de Santiago Abascal. Pues como sea así, que se preparen los populares castellanos y leoneses para seguir arrinconados en el contexto nacional de su partido. Por mucho que se muestren aquí dispuestos a hacer lo que les manden desde Génova (como antes con Pablo Casado y Teodoro García Egea), en Madrid siguen sin dar espacio ni relevancia política a su máximo representante en Castilla y León.

Hasta Felipe VI ha dedicado fotos en visitas (a Ponferrada) y reuniones (la de cortesía tras la investidura) a Mañueco, pero Feijóo, nada de nada. Con la campaña andaluza en ebullición no parece que ese encuentro vaya a producirse en breve. Y eso que en abril se anunció que sería «pronto»...