Las subidas brutales del precio de la electricidad son inextricables para el común de los mortales. Se nos explica que la causa es un sistema de tarificación marginalista, adoptado por toda la Unión Europea, que consiste en tomar como precio de la electricidad, que se ... obtiene a través de un mix de energías de distinto origen, el de la fuente de generación más cara. Dicho mix está integrado por la energía hidroeléctrica, la nuclear, las renovables. y finalmente las centrales de ciclo combinado, que consumen gas. Y como el precio del gas se ha disparado, la energía proveniente de dichas centrales impone su precio al conjunto. No es racional en absoluto.
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Ante semejante dislate, que nos obliga a pagar la electricidad proveniente de saltos de agua o de centrales nucleares, amortizados desde hace tiempo, a precio de electricidad generada por una central de ciclo combinado, nadie da explicaciones. El Gobierno español ya ha manifestado que, pese a los esfuerzos por rebajar la fiscalidad, el problema no se resolverá si no se cambia el sistema de tarificación. Pero nadie parece interesado en llevar a cabo tal reforma.
En otras palabras, diríase que Europa asiste impasible a su propio suicidio económico, ya que estos elevadísimos precios generan inflación y desapego. El ciudadano no entiende cómo la sinrazón no se remedia, cómo Bruselas no es la primera interesada en corregir esta disfunción que enriquece a las eléctricas sin tasa y sin justificación alguna. Durante mucho tiempo, muchos pensaron que la UE era un ente inútil. Ahora parece que las instituciones europeas están interesadas en reafirmarlo.
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