Europa no nos entiende

No entendieron que el que cogió el testigo, Pedro Sánchez, concluyera encamándose con sus insomnios de Podemos, conformando el único Gobierno social comunista de la UE. Ni que en una España que seguía anclada en la crisis y asfixiada por su deuda, se formara un gobierno de 22 ministros, tres vicepresidencias y 800 asesores, de los que el presidente 'mejor' asesorado de Europa se reserva 350 para él solo. ¿Los conocerá? ¿Los habrá visto alguna vez? ¿En qué le asesoran y dónde se sientan? Solo adquirir 800 sillones ya es un pastizal. Y se supone que tampoco estarán de pie los 30 secretarios de Estado, los cincuenta subsecretarios, los 135 directores generales… ¿Una España arruinada en la que su presidente moviliza a 200 personas para coger un avión e ir a un concierto? Imposible, no pueden entendernos.

En Europa no entienden que el Gobierno lleve a España a la ruina económica, que gastemos en saraos, en chiringuitos gubernamentales y que, para resolver una situación como el paro de los transportistas, se junten con todos, excluyendo a los verdaderos protagonistas. Ahora, los supuestos mayoritarios se han unido a los supuestos minoritarios, agravando el conflicto. Y mientras tanto, la ministra se despendola de risa y el presidente con la cabeza en las nubes. «No hay nada más imprudente que fiarse de Pedro Sánchez», Pablo Iglesias dixit. A buena hora. Europa no entiende que en un gobierno haya facciones, que lo que dice un ministro lo corrija otro, que una vicepresidenta llame incoherente a su presidente... ¿De qué galaxia ha venido Pedro Sánchez? ¿Dónde se fabricó? ¿Quien lo inventó? Se lo tengo que preguntar a mi nieto Daniel que, a sus seis años, hace preguntas difíciles de responder: «Abu, si decir palabrotas y pegar a los niños es malo ¿por qué se ha inventado?».

¿Cómo van a entender que una ley del gobierno no la vote el partido de una parte del gobierno, que una ministra se oponga a la política exterior de su gobierno o que el partido del presidente trague sin rechistar? La dependencia jerárquica en el PSOE es de sumisión y vasallaje, por eso en Europa no pueden entendernos.

¿Cómo pueden entender que una política de Estado sobre el Sáhara, propuesta por España, sostenida durante cincuenta años y amparada en reiteradas resoluciones de la ONU, la cambie una persona, una, con una carta vergonzosamente genuflexa al dueño de Marruecos? Sin consultar al Gobierno, al jefe del Estado, al parlamento o a su partido… ¿Pueden entender que sea una decisión personal y tomada de tapadillo? ¿Y cómo el ministro de Asuntos Exteriores niega el cambio de criterio mientras pretende explicarlo, al mismo tiempo que confiesa que no había leído la misiva? José Manuel Albares, que así se llama la criatura, va como asustado y con la cabeza metida entre el esternón y las gafas. Creo que si le tocaran las palmas saldría corriendo. Sería lo más coherente.