Aficionados ingleses celebran uno de los goles de la selección de Inglaterra,en la Eurocopa. VICKIE FLORES-EFE-EPA

Eurocopa: el epílogo

TRAS EL BREXIT ·

«Solo quiero que mis compatriotas aplaudan a un rival tan bueno»

Mick Benoit

Valladolid

Lunes, 12 de julio 2021, 08:20

En 2019, cuando mi equipo, el Liverpool, ganó cuatro cero contra el Barsa, eliminándoles de la Champions, recibí felicitaciones de amigos merengues. En un instante, cambió el significado de 'los fab four' (los cuatro fabulosos) de la ciudad de John, Paul, George y Ringo. Un ... placer para mí, pero a la vez, desde el punto de vista de un inglés acostumbrado a la norma de que todos apoyamos incondicionalmente a cualquier equipo de la Premier que juega contra un conjunto extranjero, esa falta de solidaridad entre españoles, que parecen preferir que los de Albión machaquen a uno de sus propios clubes, me pareció un poco raro. Cómo cambian los tiempos.

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En el partido de Inglaterra y Alemania en Wembley, la hinchada inglesa, fiel a un desagradable hábito, abuchearon el himno nacional de los visitantes durante toda su duración. Me impacta cómo esa tremenda falta de diplomacia se ha convertido en una desgraciada costumbre en la sociedad británica. Actualmente, lo normal es que los 'fans' griten insultos particulares, a la medida del contrincante. En el caso de los alemanes, consiste en cantar repetidamente '¡Dos guerras y un mundial!' refiriéndose a las únicas victorias inglesas, hasta aquel momento, sobre los vecinos desde principios del siglo XX. Mientras tanto, las cámaras enfocaban a los invitados VIP, el príncipe Guillermo y su mujer Kate Middleton, David Beckham, y el cantante Ed Sheeran, sonrientes y bromeando entre ellos mientras los demás mostraban al mundo, en directo en la tele, que ya el Reino Unido no es el país de caballeros que fue. El heredero del trono, el futuro jefe del Estado, no daba ni la más mínima señal de vergüenza, ni indignación, por el deplorable comportamiento de su horda de bárbaros.

Siendo testigo de esa monumental exhibición de subcultura, desde el sofá de casa en Valladolid, dije a mi mujer que esos 'hooligans' son los mismos que han votado a favor del 'brexit', el gran proyecto nacional de convertir la isla entera en una nación de xenófobos. Y luego pasó algo muy raro. Por primera vez en la vida, sentí ganas de apoyar a Alemania, deseando que marcase un golazo, en nombre de la Unión de Europa, para callar a los idiotas. Ya entiendo con mucha más claridad a mis colegas del Real Madrid de hace dos años.

Escribo antes de la final. Da igual si Italia ha perdido o ganado porque, a pesar de todo, el futbol es simplemente un deporte. Solo quiero que mis compatriotas aplaudan a un rival tan bueno. ¡Viva Italia!

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