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La alcaldesa de Móstoles no ha hecho nada ilegal si sus enchufados cumplen los requisitos para los puestos que les ha concedido, pero todo el mundo admite que ha hecho algo antiestético. También dentro del PSOE hay mucha gente indignada por sus tácticas de contratación, ... que podrían considerarse una forma de hacer campaña electoral muy poco inteligente. La ética y la estética tienen mucho en común. Y si no es raro que alguien quiera trabajar con un amigo, enchufar parientes y amigos a lo bestia es feo, pero cuando decimos que un comportamiento es feo o que algo está feo nos situamos en el terreno del bien y del mal, de las consecuencias de nuestros actos y de nuestra responsabilidad frente al grupo, que es uno y es múltiple.
La alcaldesa de Móstoles ha hecho algo antiestético, es decir, feo, es decir, que está mal: convertir a sus allegados en una pequeña comunidad privilegiada frente a otros ciudadanos con los mismos méritos y cualidades. Claro que mientras haya tantísimos cargos de confianza el problema, que es un hábito, tiene difícil solución.
Todos claman contra el nepotismo y el amiguismo cuando lo practican los demás, pero quienes claman no hacen nada por erradicarlos cuando llegan al poder. Del mismo modo, PP y Ciudadanos querían eliminar (sobre todo en campaña) las indemnizaciones por vivienda de los altos cargos del Gobierno andaluz cuando el Ejecutivo andaluz era del PSOE, pero ahora que están ellos en la Junta de Andalucía les parece que criticar esas dietas es «hacer demagogia» en palabras de Juan Marín, de Ciudadanos.
El consejero de la Presidencia, Elías Bendodo –también él las cobra–, tuvo que admitir muy pronto su rápido cambio de opinión: hay que pensar en quienes no viven en la capital, les dijo a los periodistas. Ojalá todos los trabajadores de la empresa privada y todos los humildes funcionarios que acuden a sus puestos de trabajo diariamente para hacer que la maquinaria del Estado no se pare pudieran contar con una condición tan ventajosa en sus contratos. Ojalá hubiera un sistema igual de eficiente para proporcionar vivienda a quienes se encuentran en la calle porque no tienen recursos o no tienen trabajo o tienen trabajo pero no tienen recursos.
En general lo que vemos es que el parque de vivienda pública no crece y vemos otras cosas que pasan de gestión deficiente, como lo que se hizo en la comunidad de Madrid perjudicando a los ciudadanos y favoreciendo a los fondos buitre. No hay mucha esperanza de que los partidos (ni siquiera los nuevos, que han envejecido mucho) estén por la labor de limar privilegios y desventajas. Aquí y allá hay una aristocracia que tiene todos los derechos y una oscura comunidad de personas sin hogar o que no pueden calentar sus hogares cuando llega el frío. Yo no sé si en esa aristocracia hay muchos políticos. Díganmelo ustedes.
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