De Estoril a Estoril

El problema planteado por don Juan Carlos de Borbón es de los que no tienen solución. Cualquier desenlace, por alambicado que sea, es malo. Lo es quedarse en Emiratos, regresar a España, residir en cualquier otro país. Se trata, por tanto, de buscar el mal menor y, en este caso, con las debidas cautelas, parece que la solución de que el emérito fije su residencia en el país vecino reúne más elementos favorables que las demás.

Hay sin embargo un riesgo psicológico que dañará sin duda a la Corona. Quienes tenemos memoria y edad suficientes, recordamos que Estoril era el centro de peregrinación de muchos demócratas españoles que acudían a visitar a don Juan de Borbón, padre de Juan Carlos I, impedido por Franco de venir a España, en busca de un aliento de libertad, ya que entonces el hijo de Alfonso XIII, después de algunas vacilaciones, representaba el espíritu de la futura Transición, tan solo imaginada entonces. Hoy, don Juan Carlos es un lastre para su propio hijo, el rey Felipe, y para quienes queremos la estabilidad de este país.