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La tercera semana del confinamiento empezó con la difusión en la prensa nacional de unas más que interesantes declaraciones de dos dirigentes, de generaciones distintas, que dejaron sobre la mesa reflexiones que van a recorrer la política presente y futura. La presidenta del Congreso, ... la socialista catalana Meritxel Batet, expresaba este deseo: «Confío en que esta enorme crisis global no se lleve por delante la política en la mejor de sus expresiones». Ojo a los tintes premonitorios que contiene. Por su parte, el socialista universal que es Javier Solana, alertaba, desde su ingreso hospitalario para recuperarse del coronavirus, de que «otorgar a los Estados y a sus dirigentes amplia capacidad de maniobra no debe implicar que tengan carta blanca». También premonitoria aseveración de las tentaciones que puede estar experimentando alguna autoridad pública. Las más palpables, de momento, tratar de callar a la prensa sin dejar preguntar personalmente a los periodistas enLa Moncloa o en Castilla y León no dejar tomar imágenes a la prensa en espacios informativamente de gran interés para los ciudadanos, como el hospital instalado en la Feria Internacional de Valladolid. ¿Responsables últimos? Los respectivos presidentes, Pedro Sánchez y Alfonso Fernández Mañueco. Eso sí, la Junta ha rectificado; el Gobierno de España, sigue en sus trece, como se pudo comprobar ayer mismo.
Con este marco conceptual diseñado por Batet y Solana, la semana terminaba en Castilla yLeón con una coincidencia de los dos grandes partidos: los diputados, senadores y procuradores populares que dirige Mañueco y sus homólogos socialistas, sobre los que tiene mando Luis Tudanca, decidieron el jueves donar el dinero público que cobran para gastos mensuales. En lo que parece una carrera alocada por hacerse el más solidario, el viernes por la mañana los procuradores de Ciudadanos (los de Francisco Igea y los de Luis Fuentes, que aquí hay de los dos) se apresuraron a unirse a la donación. Cada partido, eso sí, lo entregará a una organización distinta. Más repartido, pues.
Pero no se crean ustedes que esto será de por vida. Qué va. A no ser que se lo acaben suprimiendo en el futuro, como mucho lo donarán durante el periodo de confinamiento. Los 1.921 euros que done cada diputado y senador y los 1.800 o 1.400, según categoría, que done un procurador liberado son el complemento que tienen al mes (¡al mes!) para gastos, al margen del sueldo, que ustedes imaginan que si para gastos les dan cuatro veces lo que recibe un parado de más de 55 años para sobrevivir un mes, el sueldo público de sus señorías no es una minucia: 73.211 euros al año un procurador y mucho más un parlamentario nacional.
En las Cortes de Castilla y León, desde finales de los años 80 del pasado siglo hasta finales de 2012 fueron ocultadas a la opinión pública las indemnizaciones (expresión eufemística que quiere decir sobresueldo) de los miembros de la Mesa (seis ahora, presidente, vicepresidentes y secretarios) y los portavoces, adjuntos y liberados de cada grupo: 1.800 o 1.400 euros de sobresueldo, en función de lo cerca que el perceptor esté del líder de su partido. Cuando en diciembre de 2012 este periódico sacó a la luz esas cantidades, que además están libres de todo tipo de tributación, para más inri del contribuyente (que lo paga) el autor de la información fue acusado por dos autoridades regionales, eso sí, en conversación privada, de haber «atentado contra la democracia» porque, dijeron, ese tipo de noticias pone a la sociedad en contra de sus políticos (sic).
Justo cuando acaban de romperse todas las barreras conocidas de destrucción de empleo, es bueno recordar esto porque cabe preguntarse: ¿Es que cuando acabe el confinamiento los 23 de los 81 políticos de las Cortes piensan seguir cobrando 1.800 euros/mes, además de su sueldo? ¿O los 64 parlamentarios nacionales por Castilla yLeón 1.921 euros, además del salario mensual? ¿O los otros 58 procuradores de las Cortes que cada vez que son convocados a ellas los 220 euros y el kilometraje? Más les vale que vayan preparando un plan de recorte de sueldos y de supresión de estos tan escandalosos como increíbles sobresueldos. Con media Castilla y León abocada a situaciones de crisis laboral, cuando no de paro, mantener estos sueldos y sobresueldos políticos será irrealizable. Y no, la sociedad no tragará por semejante dislate.
Quien fuera presidente de Castilla yLeón, el soriano Juan José Lucas, uno de los políticos más realistas y cercanos al ciudadano de cuantos ha conocido la autonomía, cuando se quería referir a un dirigente de los que tenía difícil justificación su presencia en la vida pública los tildaba de 'estadistas'. Y enfatizaba la voz para que se notara su ironía/desprecio. El coronavirus acabará con las decenas, cuando no centenares, de 'estadistas' que circulan a todos los niveles por Castilla yLeón y tal vez quede solo «la mejor expresión de la política», que diría Batet.
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