Escritoras de Castilla y León

Empezando por orden alfabético, adelanté por Ávila el de Teresa Barbero, quizás la decana de nuestras letras, premio Sásamo a mediados de los años sesenta con 'Una manera de vivir' y finalista del Nadal por 'El último verano en el espejo'. Y tampoco me olvidaría de la irlandesa Kate O'Brien, abulense por impregnación teresiana, adelantada en la consideración de la sexualidad femenina y antifascista comprometida.

En Burgos, empezaría por la María Teresa León de las biografías cidianas, porque a nadie se le escapa lo que supone que una escritora comunista cuajara en sendos libros su admiración por El Cid y doña Jimena. En León, pasando de la Generación del 27 a la del 50, por Josefina Aldecoa, esposa de Ignacio Aldecoa, conmovedora en 'Confesiones de una abuela' y deslumbrante desde los cuentos aurorales de 'A ninguna parte', pero como León es mucho León, también recuperaría algunos de los libros iniciales de Elena de Santiago, clásica contemporánea. Y en Palencia, qué necesaria se me hace la reedición de la trilogía de Enriqueta Antolín sobre el desamor, las nostalgia y la soledad en la España de la posguerra.

Continuemos: en Salamanca, donde abundan los nombres, quién duda de Carmen Martín Gaite, una de las cimas de la literatura en español del siglo XX. En cuanto a Segovia, ahí está Alfonsa de la Torre, mística, feminista y esotérica, una 'rara' que pronosticó la gran nevada abrileña del día de su muerte. De Soria, Concha de Marco, compañera del alma, compañera sobre la cárcel y en el exilio interior de Gaya Nuño, el descubrimiento de cuyas memorias, 'La patria de otros', tantas imposturas ha removido. Valladolid: sin duda Rosa Chacel. Y en fin, en Zamora la pintora Dely Tejero, con cuentos desperdigados en revistas y periódicos.

No son escritoras ni obras lo que faltan.