Pacheta estuvo tan desafortunado como el equipo en Burgos. A. Mingueza

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«Lo que se escapa a mis entendederas es el empecinamiento de Pacheta en mantener un dibujo que no funcionaba. Ha demostrado poca cintura. Y no se la suponía»

Lunes, 6 de septiembre 2021, 12:05

Que te ganen en Segunda entra dentro de lo razonable. Que lo haga un recién ascendido, también. Que te goleen, incluso, puede ser asumible en determinadas circunstancias. Pero que te arrastres por un campo, que no metas las piernas, que pierdas todos los balones divididos, ... que te rematen como y cuando quieran, que seas un esperpento... eso ya es más difícil de digerir. Y eso es lo que tenemos que metabolizar los seguidores del Real Valladolid tras lo visto en El Plantío.

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Obviamente todos son culpables. Hasta el médico. Alberto no supo imponerse a Plano y obligarle a abandonar el campo, cuando segundos antes había pedido su sustitución. Puro despropósito aunque se trate de una anécdota, pero que es muy descriptivo de que nadie hizo nada bien.

Y en ese descalabro colectivo me llama mucho la atención la actitud de Pacheta. Que no existiera autocrítica puedo entenderlo. Al fin y al cabo es la primera derrota y supongo que quería o prefería hablar de puertas adentro. Lo que ya se escapa a mis entendederas es su empecinamiento en mantener un dibujo que no funcionaba. Ahí sí que me ha demostrado poca cintura. Y no se la suponía.

Pedro de la Rosa, el comentarista de F1 y expiloto, suele decir que en las carreras, si no puedes adelantar en la pista, tienes que hacer algo distinto del que te precede para avanzar posiciones. Pues José Rojo quizá debería pensar en ese aserto. Si con tres centrales, dos volantes y dos carrileros, el Burgos te ha metido tres y te ha podido meter dos más, en la segunda parte, o cambias o no lograrás nada positivo.

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Ya sé, ya sé, suena ventajista visto lo visto y que escribo a toro pasado. Pero ante el Zaragoza cambió lo que había y el equipo se hizo más firme. Y ante el Lugo, con uno menos, movió piezas para ser más ofensivo. Ayer no, ayer se atascó y se obcecó.

Queda por ver si el burgalés mantendrá su idea de juego o variará. Como dice Javier Yepes, ¿hay algún equipo que haya ganado un Mundial jugando con tres centrales? No, le replica Joaquín Robledo, pero el Chelsea ha ganado la Liga de Campeones con ese sistema.

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