Escopeta

He llegado a la conclusión de que la pandemia nos ha descolocado a todos, incluyendo a los gestores de la cosa pública obligados a atajar los efectos más perniciosos de la misma. No me gustaría estar en el pellejo de ninguno de ellos tomando decisiones ... que, por lo que vamos viendo, fallan como una escopeta de ferias. Confieso que me resulta muy complicado descifrar el sentido de algunas de las medidas que los señores políticos decretan un día sí y otro también, y estoy convencido de que hasta ellos son conscientes de que las leyes que se incumplen son las que no se entienden. De momento, con lo que nos van contando sobre los estragos provocados por el virus en la región, me atrevo a calificar nuestra situación de confusa, difusa y patidifusa, y a estas alturas no sé muy bien lo que ocurre de verdad ni lo que están haciendo para cortar la pésima racha que llevamos.

Es cierto que hay grupos de idiotas que se saltan las normas, pero creo que somos mayoría los ciudadanos que hacemos lo que nos mandan, sin que ello suponga una reducción de los contagios, algo que preocupa y asusta. Así que cuando escuché ayer al señor vicepresidente de la Junta decir que estaba cansado y echaba de menos que en el Gobierno central hubiera políticos como Merkel o Macron, pensé que a mí también me pasan ambas cosas: que estoy agotado y que no nos vendrían mal algunas de esas figuras gobernando. En Madrid y aquí.

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