![Epidemia](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202002/25/media/cortadas/NF0QND11-kJ2C-U100261325326fCI-624x385@El%20Norte.jpg)
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De la misma manera que confieso sin rubor que nunca terminé de leer El Quijote, reconozco que me pirran las novelas catastróficas cuando están bien escritas. Una de las más impactantes fue 'Apocalipsis', de Stephen King, que narra la epidemia de un virus mortal criado ... artificialmente en un laboratorio para sembrar muerte y destrucción. Y miedo, mucho miedo, porque nadie sabía dónde nació ese enemigo letal capaz de hacer posible el verso de Rafael Alberti: «Aquí no se salva ni Dios». A pesar de mi afición a dichos relatos, no me tomé muy en serio las consecuencias del coronavirus,entre otras razones porque parecía afectar solo a los chinos, que como todo el mundo sabe viven en un país muy alejado del nuestro.
Pero la noticia de hoy sobre esos doscientos y pico universitarios vallisoletanos que fueron a Italia a completar sus estudios y a los que van a repatriar porque allí ya ha llegado la infección, preocupa. Primero, por ellos y por la angustia de sus familias; y segundo porque si han estado expuestos al virus mortal, se traen para casa sus temores y alimentan los nuestros.
No sé si hay inteligencia suficiente en esos laboratorios de ficción de mis novelas preferidas para expandir por todo el mundo un germen como éste, pero ya ha llegado a cuatro continentes sin que nadie nos aclaré qué o quién lo creó y qué posibilidades tiene la humanidad de derrotarlo antes de que nos diezme.
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