Para que el PP entienda el Campus de la Justicia
«El rechazo de los populares al proyecto urbanístico es fruto del desconocimiento»
Manuel saravia
Sábado, 15 de febrero 2020, 08:38
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Manuel saravia
Sábado, 15 de febrero 2020, 08:38
Finalmente, en el pleno municipal del pasado martes, se aprobó definitivamente el proyecto urbanístico del Campus de la Justicia. Votó a favor, además del equipo de gobierno, Ciudadanos. Y se abstuvo Vox. Pero, sorprendentemente, el PP lo rechazó. Y digo que fue una sorpresa porque ... en los trámites anteriores el PP no había votado en contra, sino que se había abstenido. Como creo que el actual rechazo es fruto del desconocimiento (no quiero creer que no se alegre de una buena noticia para la ciudad) se lo explicaré en las siguientes líneas.
Una vieja aspiración, cumplida. Llevar el Campus de la Justicia al entorno de San Pablo ha suscitado, desde hace varias décadas, un gran consenso ciudadano. Todos quienes se han pronunciado sobre el asunto han considerado que se trataba del mejor emplazamiento para concentrar las sedes judiciales. Se argumenta que es buena esta zona, en primer lugar, porque permite aprovechar las instalaciones judiciales ya existentes en la zona. También porque se mantienen usos dotacionales en el centro de la ciudad, frenando su vaciamiento. Y es bueno, por último, porque así se potencia el espacio entre Cadenas de San Gregorio y San Quirce, un eje de gran potencialidad cultural y turística. Trabajar para todos esos objetivos ha sido una vieja aspiración que ahora se ve cumplida.
De la compra en el mercado a la aplicación de métodos urbanísticos. Pero lo cierto es que, aunque antaño se planteó esta ubicación del Campus, no se supo actuar en su momento. Simplemente, se preguntó por cuánto se vendía el solar del Salvador y los propietarios pidieron entonces 30 millones de euros. Y ante esa abultada cifra, se abandonó el proyecto. Si se hubiese actuado en aquellos momentos con las posibilidades que ofrece la legislación urbanística, el suelo habría estado disponible hace tiempo. Pero no se hizo, y se optó por el camino más fácil, ir a otro lugar, aunque se perdiesen todas las ventajas que antes enunciamos. Al llegar al Gobierno el nuevo equipo salido de las urnas en 2015, se dispuso a trabajar para retomar aquel emplazamiento siguiendo la vía urbanística, que consistía en modificar el plan general vigente y el del Casco Histórico para declarar como «sistema general» la parcela del Salvador y permitir así su «expropiación en especie», «pagando» a los propietarios con suelos de valor equivalente situados en otro lugar de la ciudad (concretamente, en Zambrana). Con esta forma de actuar, el valor se fijaba a partir de la tasación municipal del suelo, que alcanzó los 7,4 millones. Se pasó de los 30 millones iniciales a los 7,4 de ahora (su valor real).
Se incorpora el aparcamiento del Hospital Rondilla. Como quiera que con la parcela del Salvador no era suficiente para acoger toda la superficie prevista para el Campus de la Justicia (y las posibles ampliaciones futuras), se incluyó también como suelo dotacional vinculado a la operación el suelo del aparcamiento del Hospital Rondilla. Que actualmente está ocupado por la Consejería de Sanidad, pero que es propiedad de la Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS).
Se vincula la actuación a la barriada de Aramburu-las Viudas: una buena actuación urbanística. Al decidir a qué suelo se vinculaba la obtención de las parcelas de San Pablo se consideró la mejor opción la del nuevo sector de Zambrana: unos suelos que se habían incorporado al patrimonio municipal después de una costosísima expropiación, cuyo desarrollo podría asociarse a la regeneración de Aramburu-Las Viudas. Con lo cual se obligaba la creación de esa nueva zona residencial a la mejora de otra existente, conforme a una buena práctica urbanística.
Ante los recursos jurídicos se abre una segunda vía. Desde el principio se mantuvieron reuniones con el Ministerio de Justicia para exponer el nuevo proyecto del Campus. Y siempre (con el PP o después con el PSOE) desde el ministerio se pidió evitar, si fuera posible, recursos judiciales que pudieran complicar la gestión posterior, y alargar los trámites. Por eso, desde el primer día estuvimos en contacto con los propietarios del Salvador para estudiar la posibilidad de una permuta. Fue imposible. También cuando se incorporó a la Sareb, con quien tenían una importante deuda. Porque siempre reclamaban otros suelos de más de 20 millones (su deuda), a lo que, obviamente, no estábamos dispuestos. También se exploraron otras posibilidades de hacernos con la parcela. No obstante, cuando ya la Sareb se hace con ella mediante procedimientos concursales (en noviembre de 2019), se llega, en el marco del mejor método de gestión urbanística, al acuerdo de permuta por suelos que, en conjunto, tienen un valor total de esos 7 millones que, según la tasación municipal, vale la parcela del Salvador. Y así se ha conseguido la suspensión de los procedimientos judiciales en curso.
El sistema de concierto expresa el acuerdo global alcanzado. Entre tanto, en el sector de Zambrana hay otros propietarios: un particular (que posee una buena parte del sector), la TGSS, y el propietario del Salvador (sea quien sea; que hasta que se complete la permuta será la Sareb), además del propio Ayuntamiento. Hemos llegado a un acuerdo con todos ellos para un desarrollo sin incertidumbres, previendo que el sistema de actuación sea el de «concierto», con lo que a su vez se agilizan las gestiones para el desarrollo del sector.
Sin estudiar el expediente, con errores groseros, unas expresiones inadmisibles. En todo este proceso se ha actuado desde el Ayuntamiento con absoluta limpieza. Con claridad, explicando cada reunión y cada paso. Ha habido muchísimas dificultades, de todo tipo. Numerosas alegaciones y divergencias múltiples. ¿Se acuerdan del debate sobre las plazas de aparcamiento? Ha sido muy difícil, pero se ha llegado al final del proceso.
Mas volvamos al principio. Mientras C's votó a favor «porque apoyamos la gestión que se había hecho», el PP se opuso radicalmente en el Pleno. Es verdad que en la Comisión de Urbanismo de unos días antes, los dos representantes del PP hicieron unas manifestaciones inquietantes. Pilar del Olmo dijo: «No entiendo mucho de urbanismo». Y Alberto Gutiérrez ni siquiera sabía que la TGSS también obtendrá, como desarrollo del plan, suelos en Zambrana. No parecían conocer ese hecho básico. Pero nada impidió que en el Pleno del pasado martes insistiesen en los mismos errores que pusieron de manifiesto en la Comisión. Eso sí, acusando gratuitamente de «traición» y «fraude». Alegría, que no decaiga.
En fin. Es un estilo, ciertamente. No preparar, no estudiar e insultar. Da la impresión de que se trataba de manifestar su disgusto porque este proyecto, querido por todos, haya llegado con éxito a su fin. Espero que esta crónica de los hechos les lleve a corregir esa actitud, ese estilo tan precario. En interés de la democracia.
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