Secciones
Servicios
Destacamos
La opción de que los jueces elijan a los jueces, es decir, de que se restituya el sistema anterior a la ley orgánica 6/1985 del Poder Judicial, tropieza con algunas desconfianzas que la hacen de muy difícil aceptación. Sobre todo desde que el ... Tribunal Constitucional convalidó en su día la intervención parlamentaria en tal designación, que confirma (al menos) que la soberanía popular accede a la gestión del poder judicial.
La primera objeción es que los jueces, por razones sociológicas fácilmente identificables, son marcadamente conservadores. Por eso la derecha judicial ha creado varias asociaciones conservadoras, y solo una, y no la más grande, es progresista. La segunda es mucho más compleja pero más potente. Los jueces ya tienen cierta capacidad de autodeterminarse, como todos los funcionarios públicos, presentando su dimisión del cargo. En concreto, los magistrados del CGPJ, humillados por una clase política que no solo los mangonea a cambio del privilegio de su designación sino que también desprecia su proyecto vital al defraudar sus expectativas temporales tasadas en la propia Constitución, son incapaces de realizar un amago de dimisión para poner en un brete al poder político (hubo en el pasado ese amago una vez, y dio resultado). De la misma manera, ni un solo miembro del Tribunal Constitucional ha hecho acción de marcharse cuando una vacante a su lado se ha cubierto con un personaje de trayectoria sencillamente impropia.
Si los jueces no saben realizar gestos elocuentes cuando la opinión pública espera de ellos un rapto solemne de integridad, ¿por qué debería el pueblo soberano admitir que se autogobernase libremente el Poder Judicial, sin intervención aunque sea indirecta de la voluntad popular?
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.