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Isabel II, a la derecha, junto a la reina madre. Ian Waldie / AP
Elogio de una reina difunta

Elogio de una reina difunta

«Con su ancestral y bien probado realismo, nunca sospecharon los ingleses que la reina Isabel II fuera inmortal a pesar de su prodigiosa longevidad, pues nada en su biografía conocida indicaba que tuviera ella especiales relaciones con el más allá»

Agustín Remesal

Valladolid

Domingo, 11 de septiembre 2022, 01:50

C uando pasa el cortejo real ante el Palacio de Buckingham, todo se vuelve brillo y clarín fulgurante. La razón es de fundamento: la reina de los ingleses, los galeses y los escoceses viaja en carroza dorada al Parlamento de Westminster, rodeada de la multitud ... y la parafernalia cuya imagen y sonido recuerdan el esplendor de la monarquía británica que engendró cincuenta y cuatro países en los cinco continentes, la monarquía de los Tudor y los Windsor, la vencedora de la perfidia española y la prepotencia francesa, la victoriosa frente a la Armada invencible. Solo un pontífice romano podría alardear de tanto brillo ceremonial y griterío público en la plaza de San Pedro, aunque ella, monarca del Reino Unido, ostenta también el título de Jefe Supremo de la Iglesia anglicana de Inglaterra. Todo se vuelve espectáculo para el pueblo en la iglesia y en el palacio real.

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