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Francisco Igea y Alfonso F. Mañueco, en sus escaños de Las Cortes disueltas hoy. EL NORTE

Elecciones, las razones y el momento

EDITORIAL ·

La cita con las urnas se celebrará con un duro escenario pandémico como telón de fondo

El Norte

Valladolid

Lunes, 20 de diciembre 2021, 14:17

A principios de septiembre, el Partido Popular votó con el PSOE en las Cortes regionales una propuesta no de ley (PNL) que criticaba el planteamiento de reforma de sanidad rural en Castilla y León que defendía Ciudadanos en el seno del propio Gobierno de Mañueco. ... Fue entonces, en el marco de esa anomalía política, cuando comenzó a tomar cuerpo la posibilidad (muy real, como se ha comprobado) de que el presidente autonómico adelantara elecciones. Se celebrarán el 13 de febrero y abrirán un nuevo ciclo legislativo de cuatro años. El presidente se justificaba así: «En estos momentos la confianza se ha roto por la falta de lealtad de los socios del partido de Ciudadanos», aseguró. «Nos han traicionado al pactar los presupuestos a espaldas del presidente. Es una traición dañina, con esta deslealtad rompen el pacto de gobierno. PSOE, Por Ávila y Ciudadanos se han dado la mano para quebrar el principio de igualdad y cohesión territorial entre provincias».

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La decisión es tan legítima como la presentación de una moción de censura, como la que formuló el PSOE en marzo, por ejemplo, por lo que no cabe apuntar reproche alguno desde el punto de vista democrático. Esta herramienta de disolución de Las Cortes está contemplada por nuestro modelo institucional y en ningún articulado del ordenamiento jurídico se apunta otra razón que el mero deseo de quien puede ponerla en marcha, el jefe del Ejecutivo. A partir de ahí, cabe discutir la idoneidad del momento y la solidez de las razones, que las vaya a entender el electorado o no. En ese terreno, con el escenario de una dura sexta ola pandémica como telón de fondo, será en el que se jueguen las próximas elecciones.

Dicho lo cual, parece obvio que, independientemente de los motivos concretos, esa «deslealtad» de Ciudadanos, nada hubiese impedido un adelanto que venía anunciándose desde hace varios meses. El pacto entre ambos partidos se hizo contra el criterio defendido por uno de ellos, Ciudadanos, durante la campaña de 2019. Pero además el partido naranja entró en barrena electoral, se ha ido descomponiendo, rechazó en favor de Arrimadas el liderazgo de Francisco Igea, el vicepresidente destituido hoy, y se ha mostrado un socio incómodo en todo momento para Mañueco. Este adelanto hubiese sido posible hace meses porque hace meses se entendía que la alianza de ambas formaciones, a todos los niveles, no tenía futuro. Retrasarlo únicamente ha deteriorado algo las opciones de mayoría absoluta del PP, al menos así lo expresan los últimos sondeos, y ha permitido un largo periodo de incertidumbre en el que se han acumulado las declaraciones del propio presidente contrarias al adelanto luego practicado. La última el pasado 13 de diciembre. Ello no beneficia, desde luego, el margen de credibilidad que pueda concederle la ciudadanía, aunque no sea eso, la credibilidad, el único ni principal argumento de voto.

En cuanto al momento elegido, esta cita con las urnas abre un buen número de incógnitas, pues se convocan por primera vez fuera del calendario electoral habitual y al margen de las municipales. A lo que habrá que añadir las condiciones epidemiológicas, las decisiones que se tomen para hacerles frente, todas a partir de ahora responsabilidad del PP en Castilla y León, y hasta qué punto los ciudadanos de la región consideran que era justificado este cambio de rumbo tan drástico en un tiempo de crisis como el actual. Justo el día en que, previsiblemente, se iban a tomar medidas limitativas para atajar una incidencia de contagios, enfermedad y muerte en pleno crecimiento.

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