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El título honorífico,afortunadamente, solo tiene que ver con sangre cuando Juan Gómez-Jurado decide manchar las paginas que escribe con el fluido vital. La corona se la ha ganado a pulso al convertirse en el autor que más vende en nuestro país desde hace ... unos años y, como ya predijo este cantinero, lo va a seguir siendo durante el tiempo que él decida.
Su asalto al trono se fraguó allá por el 2014, cuando en su cabeza empezó a bosquejar el argumento de Cicatriz (2015) y halló la forma de machihembrar una macro trama que, además, tuviera que ver con El paciente (2014), una novela anterior. Un abracadabra al alcance de muy pocos. Por aquel entonces, Juan ya era un autor que se había hecho un hueco en las librerías españolas a golpe de thrillers, pero el madrileño quería más. En realidad, lo quería todo. Ambición y talento. Pero sabiendo que la rapidez está reñida con las altas miras, se armó de paciencia y afiló el teclado.
El pasado 5 de noviembre se ha publicado Rey blanco —que, supongo, hace referencia al color de su cabello—, la novela con la que cierra esta pentalogía que se completa con las exitosas Reina roja (2018) y Loba negra (2019). Va a ser el libro de las Navidades y con total seguridad auguro que Juan volverá a ser el que más ejemplares venda en este aciago 2020. Lo tiene más que merecido y este cantinero no puede ser más feliz al comprobar que, en efecto, en el inframundo editorial, todavía existen premios para quienes los ambicionan. Pero que las cajas registradoras de las librerías sonrían cada vez que Peloplata publica una novela no solo es una excelente noticia para el sector. Lo que realmente es digno de reseñar es el fenómeno en el que se ha convertido la saga protagonizada por Antonia Scott y Jon Gutierrez. Trasciende de lo meramente literario, llega al mercado de masas y lo revienta, haciendo explotar las cabezas de los lectores y, lo que hoy día es casi un milagro, las de los no lectores. Es otras palabras: que la obra de Juan Gómez-Jurado hace que el mercado editorial crezca y eso, estimados amigos, es digno de elogio.
La fórmula, como la del famoso refresco, está al alcance de todos, pero solo él logra que funcione. Porque solo él sabe escribir una trama tan compleja como esta y vestirla de sencillez despojándola de cualquier elemento susceptible de entorpecerla; porque solo él sabe cómo generar una expectativa colosal poniendo en marcha una maquinaria de marketing y comunicación que ninguna editorial podría pagar; porque solo él sabe dónde está la tecla y cuándo hay que apretarla.
Se avecinan tiempos complicados para el mundo de la cultura. Para el mundo. Tiempos de incertidumbre que se van a dilatar más de lo que muchos están dispuestos a soportar y mucho más de lo que otros muchos pueden aguantar. Por ello, creo que todos los que de alguna forma participamos de él deberíamos aplaudir la existencia de fenómenos como el que se está produciendo en nuestras librerías, porque, cuando la realidad que nos rodea es tan gris y los que nos desgobiernan no tienen la menor idea de cómo colorearla, no se me ocurre mejor idea que refugiarse en la ficción. Ficción como la que encontramos en los libros. Ficción con mayúsculas como la que ha sido capaz de parir el rey Gómez-Jurado.
Por too ello: ¡Larga vida al rey!
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