Secciones
Servicios
Destacamos
Agosto suele ser un periodo negativo para el empleo al coincidir el final de la temporada turística alta y las bajas masivas de contratos en la enseñanza. Este año se ha repetido ese patrón, pero con mayor intensidad de la habitual y después de que el mercado laboral ya ofreciera síntomas de cierto agotamiento en julio, redoblados ahora. El resultado ha sido la destrucción de 193.704 ocupaciones –el mayor revés en este mes en un lustro– y un aumento de 21.884 parados, el más reducido desde 2016. Un verano decepcionante ha devorado así una parte apreciable de los avances acumulados en los meses precedentes pese al sostenido empuje del turismo. Tan evidente parece que la creación de puestos de trabajo ha perdido fuelle como que es prematuro hablar de un cambio de tendencia; mucho más, sembrar alarmismos carentes de fundamentos. Resultaría ingenuo, sin embargo, pensar que la bonanza económica en la que se ha basado la escalada del empleo se mantendrá por sí sola, lo que pone en foco en la necesidad de disponer de unos Presupuestos del Estado que extraigan el máximo provecho de los fondos europeos y corrijan el déficit y la deuda para ganar capacidad de respuesta ante futuras crisis.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.