Trump contra Harvard

La embestida de Donald Trump contra los templos de la educación superior de su país tiene su máximo exponente en Harvard. La negativa de la universidad a plegarse a una serie de exigencias, que el Gobierno federal justifica en el «combate contra el antisemitismo», le ha costado ya la congelación de 2.000 millones en subvenciones y contratos públicos; un 11% de sus ingresos. Y el presidente amenaza en su red social con despojar al centro de sus ventajas fiscales y obligarle a tributar «como una organización política». En el año y medio que dura la represalia israelí contra Gaza por los ataques de Hamás del 7-O, los campus estadounidenses han acogido protestas que, según la Casa Blanca, suponen «una enfermedad de inspiración ideológica y terrorista». Con el supuesto objetivo de «proteger a los estudiantes judíos», Trump exige a los rectores que eliminen programas de diversidad, igualdad e inclusión, y además investiguen «las opiniones» de profesores y estudiantes. Una imposición que, unida a la deportación de alumnos extranjeros y la cancelación de visados, lamina las libertades académicas y de expresión que protege la Primera Enmienda de la Constitución.