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Pedro Sánchez y Pere Aragonès se estrechan la mano. EP
Trato de favor a Cataluña
Editorial

Trato de favor a Cataluña

El independentismo aspira a que el autogobierno vaya a más para así facilitar ese último salto hacia una república propia

El Norte

Valladolid

Viernes, 22 de diciembre 2023, 00:29

La reunión entre el presidente Pedro Sánchez y el president de la Generalitat Pere Aragonès celebrada ayer en el Palau fue, por forma y fondo, el reconocimiento de que el Ejecutivo central concede al independentismo gobernante en Cataluña un trato de favor para asegurarse la legislatura. Escenificación que tanto Sánchez como Aragonès proyectan, sin duda, hacia las próximas autonómicas en aquella comunidad. Los cinco acuerdos alcanzados en una cita que duró tan solo hora y cuarto cuentan con una doble versión. La mesa de diálogo es para Sánchez solo eso, mientras que los republicanos la presentan como ámbito de negociación sobre el «conflicto». Incluida la discusión sobre un referéndum de autodeterminación para Cataluña. Ayer Pedro Sánchez mostró su negativa a tal plebiscito, comprometiéndose –como alternativa– a mejorar el autogobierno catalán. Solo que la salida apuntada por el jefe del Ejecutivo no puede basarse en una relación preferente entre el Gobierno y sus aliados parlamentarios, sino que demandaría una nueva reforma estatutaria sostenible desde el punto de vista constitucional.

El pacto fiscal que se adivina como resultado del encuentro no podría abrir paso a una tercera vía entre el régimen foral –País Vasco y Navarra– y el régimen común de financiación territorial sin fundamentarse en un cambio normativo de alcance. Pero el independentismo no sólo es legítimo como aspiración en un sistema de libertades. El independentismo aspira a que el autogobierno vaya a más para así facilitar ese último salto hacia una república propia. Los secesionistas conciben en esos mismos términos los derechos lingüísticos, que en el orden del día de ayer eran citados como plurilingüismo. Aunque el objetivo de los de Aragonès y los de Puigdemont es que sea posible vivir en Cataluña solo en catalán. La ley orgánica que se anuncia para las comunidades con dos lenguas oficiales requeriría muchísimo más que un pacto de intereses entre Sánchez y Aragonès. El propósito de la Generalitat independentista es asegurar con esa norma la inmersión lingüística en el sistema educativo. Pero manteniendo como tabú la cuestión de en qué medida eso explica los resultados PISA, y no solo en Cataluña.

Los retratos navideños de Pedro Sánchez y Pere Aragonès en las estancias góticas del Palau de la Generalitat no pueden soslayar cuánto de lo pactado seguirá en el aire, mientras Junts exige claridad sobre la letra pequeña de los acuerdos.

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