Trashumancia y lengua azul

La sanidad animal en España tiene diferentes frentes abiertos con los recientes brotes de enfermedades ya conocidas. Entre las más preocupantes se encuentran la Gripe Aviar, la Viruela Ovina, la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica y la Lengua Azul. En concreto, la aparición del serotipo 3 del ... virus de la lengua azul ha generado alarma en varias comunidades autónomas españolas, también en Castilla y León. El Laboratorio Nacional de Referencia de Algete ha confirmado brotes dispersos del virus, con una tendencia creciente desde que se reportaron los primeros casos en octubre. Ante esta situación, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación implementó medidas preventivas, como la vacunación voluntaria en zonas estratégicas. Sin embargo, estas medidas se han mostrado insuficientes y tardías, y las 655.000 dosis de vacunas adquiridas no llegaron a tiempo para frenar la propagación del virus que afecta principalmente a ovinos y bovinos. La vacunación es crucial para mantener zonas libres del virus y asegurar el comercio de productos ganaderos. No obstante, la estrategia ha fallado, y ahora se deben aplicar medidas paliativas, que resultan más costosas para los ganaderos. Se espera que las bajas temperaturas de diciembre ayuden a controlar la situación al acabar con el mosquito vector del virus. El impacto de la lengua azul va más allá de la salud del ganado, afectando también la economía rural y la sostenibilidad de la trashumancia, evidenciando la necesidad de una respuesta más efectiva y rápida por parte de las autoridades. Esta práctica, vital para la gestión sostenible de recursos naturales y la economía local, se ve amenazada por las restricciones en el movimiento de los rebaños impuestas debido a la propagación del virus. Con los rebaños confinados, los costos de alimentación aumentan y se corre el riesgo de sobrepastoreo en las áreas cercanas a las explotaciones, lo que agrava el impacto económico y ambiental.