El secuestro del mercante Galaxy Leader y el lanzamiento de misiles y drones por los rebeldes huríes de Yemen, en áreas del mar Rojo, ha puesto en alto riego una de las rutas marítimas más frecuentadas por el tráfico mundial de mercancías. La inmediata reacción internacional ha convocado una coalición de países para proteger la cadena de suministros globales cuya paralización dañaría la economía mundial. El gigante danés de transporte de contenedores, Maerks, ya ha ordenado a los barcos de su compañía que se desvíen hacia la larga y costosa ruta del Cabo de Buena Esperanza, en tanto no se pueda garantizar la seguridad de naves y tripulaciones. De momento, una decena de países se han unido a EEUU para desplegar en la zona de Suez y el Golfo de Aden fuerzas navales para garantizar la seguridad y recuperar cuanto antes la normalidad de tránsito. España ha condicionado, prudentemente, su incorporación al grupo a la acción coordinada de la UE y la OTAN. Los rebeldes huríes apoyados por Irán y unidos por el lema de «muerte a Israel» han encontrado en el conflicto de Gaza una coartada para intentar incendiar la región y extender el enfrentamiento regional golpeando un punto clave para el comercio internacional.
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