Secciones
Servicios
Destacamos
Los 466 actos de apoyo a ETA contabilizados por Covite el pasado año confirman una persistente objetivo de legitimar el terrorismo, felizmente desaparecido hace más de una década por la derrota de la banda ante el Estado de Derecho, y de ofrecer a las nuevas ... generaciones una imagen falaz de nuestra reciente historia por parte de quienes dieron cobertura en su día al asesinato, el chantaje y la coacción con fines políticos. Constituye un escaso consuelo que esa cifra –en la que figuran manifestaciones, pancartas y pintadas– haya descendido un 21% y no incluya ningún recibimiento de exaltación pública a presos excarcelados tras cumplir condena. Aun cuando los nostálgicos de la violencia sean ya una limitada minoría, la glorificación como héroes de quienes ejercieron de verdugos y la justificación implícita o expresa de sus crímenes representan una bajeza moral y una gratuita afrenta a las víctimas. En manos de la izquierda abertzale está cortar de raíz esas acciones que distorsionan la convivencia. Aún tiene pendiente la deuda moral de condenar la barbarie etarra y admitir que el terrorismo nunca debió perpetrarse. Solo entonces completará un recorrido que, en medio de sus éxitos electorales, ha dejado a medias.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.