El Consejo de Ministros procedió ayer a realizar una nueva actualización del Producto Interior Bruto para los próximos tres años y ha fijado para 2024 un crecimiento del 2,7%, tres décimas por encima de la anterior estimación. Este ajuste al alza, que concuerda con el calculado por la mayoría de los analistas y con la revisión del propio Banco de España, responde a una coyuntura macroeconómica positiva beneficiada por el aumento de la población, la resiliencia de la manofactura española y el crecimiento de las exportaciones. El crecimiento del PIB español va a triplicar el previsto para la media de la eurozona y permitirá cumplir con las nuevas reglas fiscales europeas y terminar el año con un déficit del 3%. No obstante, esta mejora macro no se refleja adecuadamente en la economía doméstica y familiar, cuyo poder adquisitivo sigue en cifras adversas golpeado por la inflación, el precio de los alimentos, los alquileres y las hipotecas. Sacar adelante un nuevo Presupuesto y conseguir que el incremento del PIB se refleje en los bolsillos de los consumidores es condición indispensable para poder afirmar que la economía española, como dice Sánchez, «va como un cohete».
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