El Norte de Europa se apaga

El parón de las locomotoras de la zona euro contrasta con la recuperación de los países bautizados de forma despectiva con el acrónimo 'pigs' durante los rescates. Frente al profundo declive alemán y francés, Portugal, Italia, Grecia y España dan muestras de cierta consistencia, especialmente en la economía de los dos últimos, a pesar de no estar exentos de fuertes incertidumbres. La aureola ultraconservadora con la que llegó al poder Giorgia Meloni parece haberse mitigado cuando marca el paso a Ursula von der Leyen en materia de inmigración, uno de los asuntos más sensibles entre los estados miembros, aunque esos programas de deportación sean moralmente indignos por su falta de humanidad. Los 'hombres de negro' que atemorizaban la región mediterránea podrían ahora inspeccionar París y Berlín para confirmar que sus arcas están exhaustas. La pérdida de influencia de una Alemania en recesión y la crisis de su Gobierno han obligado al canciller, el socialdemócrata Olaf Scholz, a someterse al trance de una moción de confianza a sabiendas de que la iba a perder para poder convocar elecciones anticipadas el 23 de febrero, tras el derrumbe de su alianza con liberales y verdes. La 'coalición semáforo' se apagó por las discrepancias entre sus socios sobre la compleja conjunción gasto público-déficit-deuda.

La inestabilidad que sacude al Gobierno de Macron se ha saldado con el nombramiento de cuatro primeros ministros en lo que va de año, en un intento desesperado por resistir a Le Pen. Francia cerrará 2024 con el mayor déficit en sus cuentas públicas, lo que podría provocar que sus costos de endeudamiento superen a los de Grecia, antaño símbolo de decadencia junto a España, cuyo dinamismo está muy por encima de la zona euro. Las economías 'enfermas' están ahora al Norte y sus gobiernos necesitan estabilidad con urgencia para que Europa recobre el pulso.