Los impulsores del proceso abierto en la Corte Penal Internacional (CPI) contra el primer ministro israelí recibieron la orden de detención de Benjamín Netanyahu dictada el jueves como «importante para un sistema basado en normas». Así sería si décadas de ocupación de Palestina y la ... respuesta a los ataques de Hamás del 7-O –una ofensiva que continúa después de 44.000 muertos civiles y dos millones de desplazados en Gaza– no indicaran una grave crisis del Derecho Internacional. Un deliberado desprecio de las leyes que vinculan a la comunidad mundial y visible también cada día en el intento de Vladímir Putin de someter a Ucrania. Ni siquiera países vinculados por el Tratado de Roma, que alumbró la CPI, ejecutarían la petición de arresto del 'premier' hebreo, incluso Estados europeos como Alemania o Hungría. EE UU, que jaleó el año pasado una medida similar contra Putin, se escandaliza ahora que afecta a su gran aliado en Oriente Próximo y planea represalias contra los jueces de La Haya. La clase política y la sociedad de Israel prefieren cerrar filas mientras un centenar de familias mantienen abierta la herida de los rehenes que Netanyahu no ha logrado recuperar.
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