El inicio de la campaña para las elecciones al Parlamento vasco del 21 de abril abre hoy un periodo electoral de dos meses que transitará por los comicios del 12 de mayo en Cataluña, hasta acabar en las europeas del 9 de junio. En ... medio de una confrontación total entre los dos principales partidos españoles, PP y PSOE, de la que solo podría librarse un todavía incierto acuerdo para la renovación del CGPJ, el escrutinio en el País Vasco se presenta como casi inocuo para la estabilidad del Gobierno de Sánchez. Dado que las tres primeras formaciones del ranking vasco –nacionalistas, izquierda abertzale y socialistas– forman parte de la mayoría de la investidura. Con la única eventualidad de que la más que hipotética coalición entre EH Bildu y el PSE para desalojar al PNV de Ajuria-Enea saque a este último partido de la mayoría que sostiene al Ejecutivo central. Aunque el carácter netamente doméstico de las autonómicas vascas podría conducir a una liza que pase inadvertida incluso para muchos ciudadanos de aquella comunidad.
Publicidad
La convocatoria anticipada de las catalanas representa totalmente lo contrario. Pondrá a prueba la gobernabilidad en España en su sentido más endiablado. Porque de poco le servirá a Pedro Sánchez que el PSC obtenga un buen resultado el 12-M si sus imprescindibles socios, ERC y Junts, salen de las urnas con un ánimo más beligerante respecto a Madrid. Sobre todo si la aplicación efectiva de la amnistía no satisface sus exigencias, y la propia división interna del independentismo tiende a reeditar el 'procés' recurriendo a la desestabilización de la presente legislatura. Toda vez que ésta se asienta sobre una paradoja. La sobreestimación del secesionismo catalán a pesar de su evidente declive electoral, porque su concurso en el Congreso resultaba ineludible para el socialismo de Sánchez. El logro de la mayoría en votos y escaños por parte de un independentismo dividido recargaría de exigencias la legislatura. Mientras que una decepción electoral llevaría a ERC y a Junts a desentenderse de su continuidad.
La cita de las europeas, con circunscripción única, se anuncia como un pulso plebiscitario entre las derechas y las izquierdas. Una liza que deberá mirarse en el espejo de la Unión. Pero las opciones que concurren a esas tres elecciones sucesivas se encuentran ya tan diferenciadas entre sí, con posturas tan enconadas, que deberían asumir el compromiso de no crispar más el ambiente partidista para activar el voto.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.