La reelección de Oriol Junqueras como presidente de ERC con tan solo el 52,2% de los votos emitidos en segunda ronda frente al 42,2% obtenido por Xavier Godás indica que esta parte del independentismo inicia su nueva etapa profundamente dividida, teniendo que afrontar ... el debate de las ponencias congresuales sin saber exactamente qué diferenciaba a los contendientes, al margen de las incompatibilidades personales entre Junqueras y Marta Rovira, valedora de Godàs. Y cuando el 10% restante se ha mostrado abiertamente contrario a seguir acordando con el PSC y con el PSOE. Esquerra ha pasado por vicisitudes que han ido cambiando líderes y equipos que de decidirlo todo pasaban a no significar nada, y viceversa. Recuérdese a Heribert Barrera, Joan Hortalá, Ángel Colom, Jordi Carbonell, Josep Lluís Carod-Rovira, Joan Puigcercós y Joan Ridao. El propio Junqueras llegó en 2011 a la presidencia de ERC semanas después de afiliarse al partido. La nueva secretaria general, Elisenda Alamany, se afilió en julio y hasta febrero de 2019 había sido portavoz de En Comú Podem.
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Junqueras no se sustrajo a la acción de la Justicia, fue condenado y permaneció en prisión casi cuatro años. El Supremo entendió que no podía amnistiarlo del delito de malversación. Pero la carga contraída durante el 'procés' que tanto conmovió a los independentistas ni siquiera ha permitido a un político emocional como el presidente de ERC contar con un aprecio añadido por parte de sus correligionarios que le evitase una victoria limitada como la de este sábado. Ha pesado el argumento de que Junqueras nunca expresa con claridad lo que piensa y el relato cierto de que a menudo ha jugado a dos cartas simultáneas o consecutivas. Antes, durante y después del 1 de octubre de 2017.
Durante la jefatura de Pere Aragonés en la Generalitat, la estrategia de ERC fue ganar el pulso que mantenía con Junts a base del pragmatismo necesario para impedir que el PSC se valiera en exclusiva de la distensión propiciada por Pedro Sánchez. Esa pugna se escenifica hoy mediante sucesivas advertencias de ambas formaciones independentistas sobre la eventualidad de que en cualquier momento dejen solo al presidente. Que Junqueras sea imprevisible en tanto que ambivalente es otro factor de inestabilidad. Tanto para el primer mandato de Salvador Illa como para la continuidad de la legislatura de Sánchez. Aunque solo sea porque una liza entre dos socios tan mal avenidos como Junqueras y Puigdemont podría lastrarla aún más.
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