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Pedro Sánchez interviene durante la primera sesión del debate de investidura. EP
Investidura divisoria
Editorial

Investidura divisoria

El pleno en el que Sánchez defiende su programa se convierte en una manifestación lacerantede la fractura política en el país en un clima hiperventilado por exageraciones apocalípticas

El Norte

Valladolid

Jueves, 16 de noviembre 2023, 00:39

El candidato socialista a la investidura, Pedro Sánchez, expuso ayer ante el Congreso de los Diputados los propósitos que aspira a presidir trazando una línea divisoria entre la coalición «de progreso» que él encabeza y una oposición a la que calificó insistentemente de «retrógrada» ... y «reaccionaria». Una línea divisoria que dibujó sin concesiones recurriendo tanto a los acuerdos alcanzados entre el PP y Vox para gestionar comunidades autónomas y municipios como al auge de la extrema derecha en Europa y de las autocracias en el mundo. Su empeño por identificar a todo el conservadurismo español con la ultraderecha no es solo un exceso verbal. Se trata del argumento buscado para eludir esfuerzo alguno de cara a que el «diálogo» que reivindicó cruce la frontera entre las izquierdas y las derechas en pro de la convivencia. Para limitarlo a las relaciones entre el PSOE y Sumar con los socios que les permitirán reeditar el Ejecutivo.

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