El mercado laboral sigue dando muestras de fortaleza. Prueba incontestable de ello es la creación de más de 238.000 empleos en abril, lo que eleva la afiliación a la Seguridad Social a un nuevo récord de 20,61 millones; mientras, el paro se redujo ... en casi 74.000 personas, una cifra algo inferior a la habitual en ese periodo. Tales resultados no son ajenos al tradicional tirón del turismo en Semana Santa, que este año ha batido todos los registros. De hecho, la hostelería absorbió algo más de la mitad de los nuevos puestos de trabajo. Parece muy posible que una parte apreciable de ellos fueran ocupados por fijos discontinuos reincorporados temporalmente a la actividad. El Gobierno insiste en no ofrecer ese dato. Pero, sin ignorar el efecto benéfico de esa extendida figura en las cifras oficiales del paro –no en las de cotizantes–, sorprende a la vez que tranquiliza la resistencia del empleo pese al negativo influjo de una alta inflación, la guerra en Ucrania y la persistente escalada de los tipos de interés. Mientras mantenga esa línea, lo que ha conseguido incluso con modestos ascensos del PIB, los problemas que acechan a la economía serán mucho más llevaderos.

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