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Las manifestaciones de Óscar Puente en las que sugería que el presidente argentino, Javier Milei, ingiere sustancias ilegales fueron respondidas por la Casa Rosada con acusaciones como que Pedro Sánchez pone en riesgo la unidad nacional, en peligro a las mujeres españolas por la ... inmigración ilegal y que conduce a nuestro país a la pobreza y la muerte. Los términos inadmisibles de la réplica argentina en ningún caso pueden servir para que el Gobierno y su máximo responsable pasen por alto las palabras del ministro de Transportes. El hecho de que las pronunciase en un evento con jóvenes no atenúa el despropósito, sino todo lo contrario. Y es preocupante que el titular de una cartera que maneja un presupuesto de 20.000 millones de euros, en relación permanente con algunas de las empresas más internacionalizadas del país y que ayer mismo fue noticia por otra mañana caótica en los Cercanías de Renfe de Madrid, tenga o crea tener el cometido de exacerbar tensiones partidarias.
Puente fue, al parecer, uno de los pocos integrantes del Ejecutivo que estuvo en contacto con Sánchez en el trance en que éste decidió seguir en la Moncloa, por lo que debía ser partícipe privilegiado de las conclusiones extraídas en pro de la regeneración, contra la desinformación y el fango. Acusar a Milei del supuesto consumo de alguna sustancia innombrable era garantía segura de que se desatara una crisis, que el ministro Albares descartó que sea de naturaleza diplomática y que un portavoz de la Casa Rosada dio ayer por zanjada. No ha habido una suspensión formal de relaciones, pero se ha producido una grave quiebra en la sintonía entre dos países hermanos. Grave no solo porque puede afectar a las numerosas compañías españolas que operan en Argentina. Sobre todo, porque ni los argentinos más opuestos al liberal-populismo del ultra Milei se pueden sentir conformes con la invectiva lanzada contra su presidente.
La portavoz del PSOE, Esther Peña, sostuvo que la respuesta de Buenos Aires reproducía la narrativa de Vox contra el Gobierno. Ello, días antes de que Milei viaje a España para participar en un acto de ese partido. Pero junto a esa coincidencia ideológica asoma otra entre intereses polarizados por la que en demasiadas ocasiones Sánchez, su Gobierno y su partido recurren a la existencia del extremismo de derechas para justificar sus actuaciones más discutidas. Incluida la cobertura que, mediante silencio, han prestado a la irresponsabilidad de Puente.
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