La alta tensión que agita el área de Oriente Próximo por la guerra entre Israel y Hamás y el frente abierto por Irán tras el bombardeo sobre territorio hebreo ha desatado todas las alertas ante una escalada bélica del conflicto y las eventuales repercusiones catastróficas en el comercio mundial. El transporte de mercancías por mar es el eslabón más débil del mundo industrializado y no puede ignorarse que la república islámica de Irán controla el estrecho de Ormuz, una de las vías de navegación más vitales del globo. La estrecha franja marítima que une el mar Rojo y el golfo de Adén conecta los ricos países petroleros de Oriente Medio con los mercados asiáticos, europeos y norteamericanos; en torno a 21 millones de barriles diarios, el 20% del consumo mundial del petróleo, transitan a diario por ese embudo marítimo. Una perturbación, aunque sea temporal, a la navegación en este punto tendría un impacto de imprevisibles consecuencias en los precios del crudo y en el conjunto de la economía. La repercusión de la inestabilidad y, en el peor escenario, del cierre del estrecho elevaría los precios de los seguros y los fletes a niveles insoportables para las economías mundiales. Compañías de transporte marítimo están optando por evitar ya el paso por Suez y Ormuz ante las agresiones que se vienen produciendo por grupos armados yemenitas o el propio Ejército iraní, obligando a formar una coalición internacional liderada por EE UU para intentar garantizar la seguridad del tráfico marítimo por el mar Rojo. Aunque el enfrentamiento entre Irán e Israel, tras el intercambio de bombardeo con drones y misiles, parece contenido, la comunidad internacional prepara ya sanciones económicas y comerciales a la república de los ayatolás y no puede descartarse que la reacción iraní amague con cerrar el estrecho o hacer inviable su tránsito. Pero cuando se habla de puntos de estrangulamiento o arterias vitales para el comercio mundial siempre aparecen Ormuz y los canales de Suez y Panamá, sin reparar en que el paso de Gibraltar es un eje vital económico para España y Europa. El pasado diciembre un portavoz de la Guardia Revolucionaria de Irán ya sugirió la posibilidad de «cerrar el mar Mediterráneo» por Gibraltar, como reacción al despliegue internacional en el mar Rojo. Aunque la eventualidad, hoy por hoy, parece remota, es inevitable el refuerzo en la protección de este y el resto de los puntos vitales para el tráfico marítimo global para minimizar el impacto de escenarios tan adversos.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.