Secciones
Servicios
Destacamos
La excepcional fortaleza del mercado laboral español pese al frenazo de la economía, la subida de los tipos de interés y la alta inflación ha dejado de sorprender al prolongarse en el tiempo y contradecir de forma reiterada los augurios más pesimistas. No por ello ... deja de ser tan relevante como meritoria. El pasado año se cerró con la creación de 783.000 puestos de trabajo, casi el triple que el anterior. Para encontrar cifras más altas hay que remontarse a la regularización masiva de inmigrantes de 2005 y a 2021, cuando al histórico desplome del empleo por la covid siguió una disparada recuperación. De esa forma, el número de ocupados alcanzó un récord de 21,2 millones, según la Encuesta de Población Activa. Es cierto que el grueso de la mejora se fraguó en el segundo trimestre, cuando la actividad mostraba un pulso muy superior al actual, y que en el último se destruyeron 19.000 empleos. Pero esa suma apenas equivale a una cuarta parte de la registrada el ejercicio precedente, por lo que los inequívocos signos de desaceleración, que resultaría ingenuo ignorar, son compatibles con un vigor que adquiere una dimensión singular en un contexto poco propicio.
El comportamiento del paro fue también muy favorable al caer en 193.400 personas. La brecha entre ese descenso y el empleo generado es atribuible en buena medida al espectacular tirón de la población activa –590.000 personas más–, que tiene una doble lectura. La esperanzadora apunta a que la evolución de la economía y del mercado laboral empuja a buscar trabajo a ciudadanos que no lo hacían al ver ahora más opciones de conseguirlo. La negativa, a que ese movimiento tiene su origen en la pérdida de poder adquisitivo de las familias –que persiste, aunque se haya moderado– y en los bajos salarios, que obligan a rastrear ingresos adicionales a miembros de ellas que están desocupados.
Constatar los espléndidos resultados de la EPA no debe inducir al engaño. A pesar de los avances, el paro en nuestro país se mantiene en niveles inaceptables, muy por encima de la media de la UE. Dada la estructura del tejido productivo español, es natural que la mayor parte del empleo creado se concentre en los servicios por el fuerte auge del turismo, pero no que absorban el 80% de ese ascenso y que la industria apenas se haya beneficiado de él, lo que dista de ser una buena señal. «Aún queda mucho por hacer», como admitió el ministro de Economía, Carlos Cuerpo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.