Una educación desigual

La nueva entrega del informe PISA que evalúa el pensamiento creativo de los alumnos de 15 años deja en buen lugar a España. Su puesto 14, de un total de 64 países examinados, con 32,8 puntos, sobre un máximo teórico de 60, ligeramente superior a las medias de la OCDE (32,7) y la Unión Europea (32,1), «está por encima de lo que cabría esperar en función de su rendimiento en matemáticas y lectura», recuerda el propio estudio, avalándose en el último Informe del Programa para la Evaluación Integral de Alumnos, en el que los alumnos españoles obtuvieron su peor resultado de la historia en matemáticas y empeoraron en lectura. Sin embargo, pocos motivos hay para sacar pecho cuando esta medición de pensamiento creativo no pasa por alto una realidad preocupante: las importantes diferencias territoriales internas en el país, con más de ocho puntos entre Madrid, que lidera la clasificación con 34,8, y Ceuta y Melilla, que se quedan en 26,1. Cinco comunidades están por debajo de la media europea y otras cuatro de la media nacional. La educación y formación de los hombres y mujeres del futuro ha de ser una prioridad para las instituciones; cuanto más formados estén nuestros jóvenes, mejor será la sociedad.