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El ministro Óscar Puente. Efe
Caos ferroviario
Editorial

Caos ferroviario

Puente defiende en público la prórroga presupuestaria cuando el funcionamiento de Renfe depende de unas nuevas Cuentas

El Norte

Valladolid

Martes, 22 de octubre 2024, 07:24

El descarrilamiento de un tren sin pasajeros en el túnel que enlaza las estaciones de Atocha y Chamartín en Madrid suspendió el sábado el servicio ferroviario con el Levante español. En el diseño radial de las comunicaciones, la sucesión de incidencias en la capital del país afecta al conjunto de los nacionales en su quehacer diario, y a miles de visitantes que ven frustrados sus planes al tener que recortar su estancia en España. Porque los problemas de Renfe afectan a cuantas conexiones tengan previstas sus usuarios, por carretera, por vía aérea o por embarque marítimo. Viajar entraña imprevistos. Pero no tiene sentido que alcancen tanto a quienes pretenden recorrer España de punta a punta, o llegar a tiempo a la salida de un avión, como a aquellas personas que necesitan de la vía férrea para atender sus obligaciones diarias. Dado que las anomalías se reproducen en toda la red. Solo que tanto los servicios públicos de transporte de viajeros como las compañías privadas se han acostumbrado a que sus usuarios afronten cada revés como una fatalidad que evita incluso la queja más tenue. Es muy probable que el Gobierno se escude tras el argumento de que es lo que ocurre en toda Europa. Lo cual es de por sí preocupante, teniendo en cuenta que el ferrocarril es el medio de transporte más sostenible.

Es significativo que la discusión haya derivado en dónde se encontraba el ministro Óscar Puente el fin de semana. Cuando tampoco parece que si hubiera estado en Madrid habría resuelto el problema. Puente forma parte de una sección del Consejo de Ministros dedicada a dar cobertura en tono alto a la narrativa de Pedro Sánchez. Aunque se da la circunstancia de que es responsable de un presupuesto de 21.273 millones prorrogados. El 16 de octubre Óscar Puente fue reprobado en el Congreso con el apoyo de ERC, Junts y Podemos. Es el retrato de la precariedad parlamentaria en la que se mueve Sánchez, con Puente defendiendo públicamente una nueva prórroga presupuestaria. Cuando, de entrada, el funcionamiento de Renfe depende de unos nuevos presupuestos. El presidente se resiste a admitir que cada uno de sus ministros tendría bastante con esforzarse en desempeñar dignamente las obligaciones de su cargo. Pero la dedicación de sus más próximos a tareas de portavoz más o menos formal del Gobierno derrocha tanta energía en tantos ministerios que Óscar Puente puede sentirse como el próximo fusible del sanchismo.

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