El amargo adiós de Nadal

Rafa Nadal, el mejor deportista español de todos los tiempos, ya es historia al haberse consumado su retirada en la Copa Davis que se disputa en Málaga. El calurosísimo homenaje que recibió en su despedida, anunciada hace poco más de un mes, es la mejor demostración de que se va una auténtica leyenda del tenis. Una condición que le acredita no solo por haberlo ganado todo con un juego excelso, sino por su ejemplar comportamiento dentro y fuera de las pistas que lo ha convertido en una personificación de los mejores valores del deporte. Los 22 Grand Slam que luce en su palmarés adquieren especial brillo en manos de un prototipo como él del permanente afán de superación y la lucha contra las adversidades, que ha sabido doblegar con un exitoso cóctel de entrega absoluta y de la brillantez reservada a los genios. La acumulación de problemas físicos en la recta final de su carrera ha empañado un adiós al que tenía todo el derecho a poner fecha, pero que habría sido más redondo con una cierta antelación, sin la imagen de acentuado declive de los últimos meses y en un formato distinto al de un partido de la Copa Davis que aspiraba a levantar de nuevo y se saldó de forma amarga.