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El candidato socialista, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, en el Congreso. Efe
Editorial: Ventajismo inadmisible

Editorial: Ventajismo inadmisible

Sánchez y Calvo no pueden apelar de prontoa hacer frente a los efectos políticos de la sentencia del 1-O mediante la investidura

El Norte

Valladolid

Sábado, 27 de julio 2019, 09:27

La investidura fallida de Pedro Sánchez ha confirmado la existencia de una pugna partidista a varias bandas por hacerse con un relato de la situación ventajoso de cara a una posible confrontación electoral. Una sociedad informada y alerta como la española asiste al intercambio ... de mensajes entre los distintos grupos parlamentarios con la certeza de que solo en parte responden a la verdad de las cosas, cuando señalan las culpas ajenas soslayando las propias. Pero en medio del estruendo de descalificaciones mutuas –presentes durante el intento de investidura de Sánchez, y recrudecidas en parte tras su fiasco–, tienden a colarse pronunciamientos sutiles que merecen mayor reproche. Es el caso del llamamiento de la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, a que PP y Ciudadanos faciliten la investidura de Pedro Sánchez para que el Gobierno socialista pueda afrontar en las mejores condiciones la sentencia del Tribunal Supremo sobre los actos secesionistas de septiembre y octubre en Cataluña. No solo se trata de un emplazamiento ventajista y sobrevenido al inexplicable fiasco de la investidura fallida. Con sus declaraciones, Carmen Calvo reitera las menciones a esa esperada sentencia con las que el propio Sánchez descartó la presencia de Pablo Iglesias en un Ejecutivo presidido por él, dando a entender que el Gobierno de Pedro Sánchez espera un auto severo en cuanto a las penas impuestas a los dirigentes independentistas. Son pronunciamientos reincidentes que afectan a la división de poderes, porque si bien el Gobierno en funciones no se dirige al Tribunal Supremo condicionando su postura, es evidente que la sola apelación a las consecuencias políticas de su sentencia en relación con la investidura de Pedro Sánchez contraviene la escrupulosidad con la que debiera conducirse el Ejecutivo ante un asunto judicial tan delicado, contravención que pasa a vulnerar los mínimos de una concurrencia respetuosa en el foro público partidario, cuando se insta a PP y Ciudadanos a conformar algo parecido a un frente preventivo ante los efectos de una sentencia sobre la que los magistrados del Supremo podrían estar deliberando hoy. En la batalla más descarnada por el relato, Sánchez y Calvo creen así replicar eficazmente a las acusaciones de «banda» de Rivera o a los reproches de connivencia con el independentismo de Casado. Pero en ningún caso deberían hacerlo a cuenta de las resoluciones que adopte el Tribunal Supremo.

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