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María Jesús Montero. Mariscal. Efe
Editorial: Regreso a la investidura

Editorial: Regreso a la investidura

Aunque Sánchez sostenga parlamentariamente sus Presupuestos, estas Cuentas se distancian de la realidad a la que nos aboca 2021

El Norte

Valladolid

Jueves, 12 de noviembre 2020, 07:37

La tramitación de los Presupuestos Generales para 2021 se está convirtiendo en un mecanismo de reválida de la alianza partidaria que propició la investidura de Pedro Sánchez. El presidente trata de asegurar la continuidad de la legislatura a partir de la votación de hoy, sin ... más concesiones que las que necesitan sus aliados para hacerse valer. Concesiones que no alteran el esquema presupuestario acordado entre la parte socialista y la 'morada' del Ejecutivo, sino que contribuyen a afianzar la coalición mediante trueques de naturaleza política. Sean transferencias autonómicas, ajustes identitarios en la reforma educativa. O partidas territorializadas que, si acaso, pondrán en más aprietos el capítulo de los ingresos. El saludo de Pablo Iglesias al anuncio de que EH Bildu votará a favor del proyecto le sirvió para erigirse en intérprete único de lo que ocurre: «El bloque de la investidura se refuerza y será de legislatura y de dirección de Estado». Esas palabras no solo trataban de ahuyentar a Ciudadanos de la negociación presupuestaria. Buscaban consagrar la mayoría en la que Unidas Podemos se convierte en gozne imprescindible para la legislatura. Sería un error despachar la cuestión con el calificativo 'frankenstein', cuando la criatura obedece tanto al impulso de Sánchez como a las necesidades de socios que no se sienten 'de paso'. Todos y cada uno de los partidos que integran la mayoría de la investidura están interesados en esa fórmula; la única de la que pueden obtener réditos. Con excepción de Puigdemont y sus adeptos, ni en las izquierdas ni en el independentismo hay intención alguna de dejar caer a Sánchez, ni siquiera accidentalmente. Y ninguna disposición a facilitar al partido de Inés Arrimadas un asiento en torno a la mesa de la gobernabilidad. A la tradición de partidos como el PNV, el nacionalismo canario, o más recientemente Compromís, se le suman otros apremios. La oportunidad que la jugada le brinda a EH Bildu para 'blanquearse' nada menos que en la «dirección de Estado» a la que se refirió Iglesias. O la necesidad que ERC por un lado y PDeCAT por el otro tienen de afrontar las autonómicas del 14 de febrero con una oferta pragmática del soberanismo catalán. Una vez que hoy sean rechazadas las enmiendas a la totalidad del PP y de Vox, el Gobierno podrá conformarse políticamente con volver a sus orígenes. Pero aunque sostenga parlamentariamente sus presupuestos, todo indica que las cuentas de la coalición se distancian de la realidad a la que nos aboca 2021.

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