Editorial: Falla en salud pública

El ministerio nunca ha afirmado taxativamente que resulte más seguro vacunarse con Pfizer que con AstraZeneca y en qué medida, mientras circulaban informaciones de casos graves tras la inoculación de la segunda sobre todo en mujeres. El estudio realizado por el Instituto Carlos III dependiente del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades sobre la utilización de la vacuna de Pfizer como segunda dosis solo en 400 personas de menos de 60 años tampoco pudo presentarse concluyente en cuanto a sus eventuales efectos secundarios. Aunque el error más imperdonable estriba en trasladar una decisión de salud pública, nada menos que sobre la utilización de una u otra vacuna, al libre albedrío de ciudadanos que además accedieron a la primera dosis por ser profesionales de servicios esenciales.

Es lógico que muchos que no experimentaron ningún malestar prefieran seguir con AstraZeneca, aun a pesar de la última noticia del ministerio sobre cuatro muertes acaecidas por trombos. Se da la circunstancia de que distintas comunidades gobernadas por el PP, como Madrid, Andalucía y Galicia, están interpretando la resolución emanada del Consejo Interterritorial de Sanidad de la semana pasada de manera laxa. Seguramente también porque creen contar con viales suficientes de ambas vacunas. Pero la marejada de fondo se encuentra en la reacción de los 'medio vacunados', que probablemente expresan su desconcierto e incomodidad inclinándose mayoritariamente por seguir con AstraZeneca.