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Si nada grave altera el calendario docente, los colegios de la región abrirán sus puertas el miércoles de esta semana. Pero mucho antes de que se anunciara la fecha, los familiares directos de la chavalería empezaron a sufrir malas digestiones y temblores que, lejos ... de disminuir, han ido aumentando con las noticias. En casos así, la única esperanza que nos queda a todos es que las autoridades sepan bien lo que hacen, porque cualquier error en la consideración de que las escuelas son seguras, tendría costes sociales inimaginables. La prueba de que algunos progenitores dudan de la capacidad y sensatez de los mandamases es que se están buscando la vida para matricular a sus niños en una escuela rural, que consideran más fiable porque habrá menos alumnos. No obstante, como imagino que para tener plaza en un colegio hay que estar empadronados en el pueblo, sugiero a los aspirantes a residir en él que lean con atención el lúcido comentario de mi compañera Susana Escribano sobre los problemillas de vivir en uno de esos municipios que, por fuera, parecen el Edén para los hijos.

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Porque enfermar allí, como recuerda mi colega, es arriesgarse a «centros de salud convertidos en búnkeres, peregrinaje tras los sanitarios por los consultorios de la comarca sin transporte público y avisos domiciliarios que no se atienden». Lo digo porque no sea que quieran salir de Málaga y se metan en Malagón...

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